miércoles, septiembre 03, 2008

Fotografías en la retina

Hambriento y sediento me dirijo a la calle de restaurantes en la ciudad de Sayun. Camino tranquilo, sin prisas, esperando a que el imán anuncie el momento de romper el ayuno. La ciudad permanece cerrada, en las tiendas sentados en círculo, con la comida en los platos y los vasos llenos, se agrupan los hombres. Seguimos esperando...
Restaurantes con decenas de mesas en la calle, repletas de dátiles, sopa, arroz, pasta; zumo de limón, agua, té y café. Esperamos... seis de la tarde, seis y cinco, habló el imán. Bismilah. Empezamos con los dátiles para preparar el estómago.

Poco a poco las caras recobran la expresión. Comemos todos juntos, pocos hablan mientras comen, a mí no me hablan.

Rápidamente se vacían las mesas, los fieles van a la mezquita a rezar. Me quedo sentado, espero a ver la escena que se repite día tras día desde que llegué a esta ciudad: los hombres se levantan, las mesas se quedan vacías. Ya vienen los niños, son somalíes seguro, viven en la calle con otras familias. Se acercan a las mesas con la velocidad de un estómago vacío, se apresuran a poner las sobras en las omnipresentes bolsas de plástico del mundo árabe. Su mirada... la inocencia de la infancia perdida que expresa sin palabras algo que todavía no entienden.
Cinco deditos, un puñado de comida a la boca y otro a la bolsa. La hermanita pequeña alegre con un pequeña bolsa llena de pasta y sopa de arroz, sonríe a su hermano pequeño: ahora, es el turno de comida de la familia.

Sigo sentado en la mesa, yo me quedo con el "loco" como algunos se apresuran a indicarme. El sí me habla pero nos entendemos poco. Sonreímos cuando es demasiado evidente que no sabemos de qué está hablando el otro. Él es mi amigo aunque de ayer a hoy no se acuerde de mí. Tiene un corazón puro, su mirada me lo dice. También sus ojos miran igual que los de los niños de la calle: expresan incomprensión.

A todos vosotros y vosotras, luceros de la calle: Ramadán Karim.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ramadan Karim y buen camino hasta Omán

Anónimo dijo...

Ya imagino que has cruzado la frontera, pq llama q te llama y siempre la cansina mas dulce voz de la operadora diciendo "Dani-jalás-Yemen". Le he echado una ojeada al blog y me encantan los dibus que me recuerdan a Saint-Exupéry. Y el Ken-panda, jajajaja, ¡¡q bueno!!. Por ahora me han pasado el blog pero pronto el email. Me acaba de llamar Manuel diciéndo q estás en Omán. Ahora aviso al consul. Un abrazooooo.

 
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