martes, abril 22, 2008

El Día de mi Cumpleaños

¡Qué mejor regalo de cumpleaños que contemplar las pirámides!

Un par de horas después de gritar el despertador, Muke y yo, plantamos ruedas sobre el asfalto y recorrimos un Cairo aún en tránsito por los dominios de Morfeo: tranquilo, sin excesivo ruido ni coches en su constante concierto de bocinas. El cuerpo de policía eligió este especial día para cambiar su atuendo del negro invernal al blanco primaveral.

15 km más tarde, con más de 30º C y finalizado el paranoico control policial a Mukeika, entramos en el recinto de las pirámides. Suerte la mía por estar en compañía de Mukeika: recorrimos fácil y rápidamente los espacios entre pirámides, miradores y la esfinge.

Muchas veces me hablaron con espanto de los caza-turistas que allí se encuentran y de lo cansinos que pueden llegar a ser. Para mi sorpresa no me topé con tales o no me lo parecieron, quizá sea la vacuna puesta años atrás en Marruecos que inmunizado me tiene ante vendedores y zalameros.

La temperatura aumenta, despiertan los rojizos tonos en la piel de los allí reunidos. No han dado las 11 de la mañana y buscamos las sombras aguardando a que la temperatura del cuerpo recobre su normalidad. En estos momentos de "sombría" espera, mi mente se desplaza hacia el futuro cercano y trata de encontrar la manera de continuar el viaje bajo temperaturas cercanas a los 40º C y un padre Sol que castiga sin piedad. No logro resolver el enigma planteado pero con alegría acogo este nuevo pasatiempo. "Ya lo descubriremos Petit, no te preocupes ahora por eso" -dice Mukeika-. Dulces palabras que me rescatan del mundo de los pensamientos, de mi abismo interior.

Los policías me hacen señales para que me acerque a ellos, yo trato de que sea al revés; al final nos encontramos en un punto intermedio. Con mirada infantil contemplan a Mukeika, no me puedo negar cuando con esos ojos me ruegan probarla. La mayoría de ellos se encuentran entre los 20 y los 24 años aunque aparenten más. El servicio militar es de uno a tres años: uno para los afortunados, con estudios y dinero; tres para la mayoría, más los días que se van sumando por castigos menores a causa de su "mal comportamiento". Con suerte no son enviados a conflictos bélicos o a razones humanitarias como es moda decir, pero la suerte se fue a tierras de temperaturas más gratas; los egipcios son los soldados "humanitarios" más baratos de los que se sirve la Demokratía, allí dónde nadie quiere ir; poco sueldo por tantos sueños rotos.

A veces me imagino un mundo diferente y se lo cuento a Mukeika, que con agrado escucha mis idílicas historias: sueño con un mundo diferente, también tiene conflictos -ni en mis sueños desaparecen-, donde los guerreros son los políticos y los presidentes, y el pueblo les acompaña en sus batallas bajo el lema "Pan y circo para el Pueblo". Allí como espectadores contemplamos la sangrienta resolución de sus diferencias; a su fin, llega el ansiado Tercer Tiempo, donde las gentes, las diferentes civilizaciones, comentamos alegres los momentos estelares de la batalla política. Qué bonito sería... lo que se ahorrarían los estados si solamente luchasen aquellos que crean los problemas, una centena de personas...

A lo lejos avisto la figura de la Esfinge, nos acercamos para mirarla directamente a la cara bajo un Sol abrasador. Me recreo en mi ensoñación de lo que debió ser esta cultura: tan importante, con tanta ciencia... ahora nada. El tiempo pasa y al final permanece poca cosa de los Grandes Imperios. ¿Qué dejaremos nosotros de nuestro paso para cuando nos desentierren?

Volvemos al Cairo ahora más ruidoso. 40º C en sus calles llenas de coches, son las 12:30 pm. Compro algo de comer y voy a casa a abrir los regalos que me esperan en el email -Muchas gracias a tod@s por vuestros lindos mails y ánimos, Mukeika recibió con agrado todos los besos-

A las 17pm me encuentro con amigos, vamos a contemplar el atardecer sobre la ciudad del Cairo mientras tumbamos unas cuantas botellas de cerveza.

Llegaron los mundos de la noche, las llamadas a la oración y la hora de los mosquitos. Suena mi teléfono: ¡me llaman mis seres queridos! Ummh.. Muchas gracias otra vez.

Termino la noche con Luca, un joven y apasionado fotógrafo suizo, jugando al dominó en un cafetín mientras fumamos shisha y bebemos el omnipresente té. A la una nos despedimos.

Alegre amanezco con mis recién cumplidos 30 años.

Día: 94 - 3234 km - El Cairo (Egipto)

1 comentario:

Anónimo dijo...

felizidades miky,espero que te sigan ocurriendo cosas lindas en tu viaje.
Estamos siguiendo tu viaje con bastante asombro y mucha admiración.

1 beso de fares y fadhila

 
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