sábado, mayo 03, 2008

Ying Yang

Lo que entiendo por Ying-Yang es: dentro de todo lo bueno hay algo de malo, y
dentro de todo mal, existe algo de bien.

Me voy a dormir pronto: una buena cena, un antiflamatorio, escucho un rato música y cerca de la 1:00am adopto la posición fetal. Como muchas noches, aparece Mr. Hyde; no lo puedo controlar, es más fuerte que yo y no cesa en su empeño asesino hasta que cree eliminar todos los mosquitos de la habitación.

La música de Cheb Mami me despierta a las 6:00am. Una ducha, Mr. Hyde elimina los mosquitos que con la panza llena no logran escapar de sus rápidos movimientos de venganza. Preparo a Mukeika mientras charlo con los policias que guardan el hotel.

Ruedo tranquilo desde las 7:00am siguiendo las vías del tren, subo el puente que me cruza de lado, hago un cambio de sentido y enfilo el Nilo en su contra, ¡ya estoy en la ruta! ahora todo recto hasta que mi rodilla aguante.

El paisaje es precioso hoy también: soy un pincel que dibujando la blanca línea de la carretera, separa los campos verdes de los amarillos, el marrón del azul; a mi espalda me imagino un mundo multicolor. Se me desvía el trazo y el Nilo sesea; huelo la mañana mientras los pajaros trinan al suave fluir de Mukeika.

Aprieta el hambre y paro a desayunar en un puesto callejero un plato de judías machacadas -Fol-. Mi árabe hace sus progresos y los curiosos locales lo agradecen. Me invitan a desayunar. Con una sonrisa me despido.

Nueve... diez de la mañana; cincuenta kilómetros y mis esperanzas se cumplen. La Energía Sanadora invocada en cada respiración, en cada latido del corazón, hace su efecto. Estoy feliz, juguetón dibujo varias curvas, pinto de colores las vestimentas de los agricultores y canto unos cientos de saludos.

Once... me desconcentro y la rodilla empieza a quejarse.. oh oh... mi gozo en un pozo. Nunca llegaré a la ciudad de Luxor en bicicleta. Reduzco la velocidad, hago descansos cada 15 km. El segundo descanso me lo salto, me he emocionado. Kilómetro 17, 18, 19... ¿por qué no paras? ¡mira que casa! ¿qué pasa? oh, no... ¡pinché otra vez! Retrocedo hasta la casa y pienso que debería de haber parado antes. Me encuentro un tornillo clavado en la cubierta de la rueda, atraviesa la cámara, total: dos parches. ¡Qué fuerte! Regalo el tornillo a un tímido niño y una piruleta de colores.

Uf, qué calor. ¿Qué hacemos Muke? Seguimos para delante. Invoco a la Energía Sanadora una vez más; realmente "quiero" hacer este camino en bici. Pinto mis pensamientos de verde esperanza. Ya no me duele la rodilla

Mitad del camino, mitad del día. Yang.

Aparece la policia, me para y por la molestia hago uso de su baño y les pido agua. Cinco kilómetros después otros policias, las mismas preguntas pero nunca me piden el pasaporte; esta vez fumo sus cigarrillos mientras les sorprendo con unas rojas palabras en su lengua. Me dicen que me vaya ya, pues vale.

¿Qué perturba el sonido de los campos? ¿Qué ruido molesta la melodía de los pájaros? No, la policia me sigue en su coche. Bueno, para adelante, ya se cansarán. Cinco, diez kilómetros... desespero por la nueva compañía, los lugareños ya no me saludan por su culpa. No te ralles, ¿qué puedo hacer? Rodar, rodar y rodar; me olvido de ellos. No puedo. Al carajo, aquí mismo me paro. La policia se enoja por mi rápida maniobra, me dicen que deje la bici apoyada en su coche, no que me dejen en paz. Tumbo la bici en el suelo y sin querer, piso el pie del policia de mayor grado. Upss, je je. Al carajo. Pido de beber con dos policias a mi espalda, pido de comer con tres rodeándome. ¡Esto es demasiado! todo el mundo me mira.

Piensa Daniel, piensa... ok, demos la vuelta a la tortilla. Me acerco donde está el jefe y le ofrezco un cigarrillo, me lo rechaza. Le sonrío y se lo pido por favor, le pido perdón por el pisotón. Se ríe. ¡Ya está! Momento Ying. Charlamos todos juntos, les animo a reir. ¡Venga para adelante!

Decido dar a los policias algo que recordar: corro, vuelo, fluyo encima de Mukeika; 20-25-30-35 km/h Me pitan desde atrás y dan ánimos por el altavoz del coche patrulla: "Go, go go Daniel" Ellos también pintan conmigo.

Saludo a mi paso, me saludan, sonríen... vuelvo a ser feliz. Pinto por aquí, por allá; ora naranja ora magenta. ¿Mi rodilla? ahí no pasa nada. Cambio de policias. Puff... otra vez a empezar... venga haz que sean tus compañeros de viaje y no tus guardaespaldas. Papá, hoy no viajo solo jeje. Esta vez les digo que cuando podamos paramos a beber algo y a esperar a que el Sol sea menos peligroso. -Ok, Mister- me contesta el de dos estrellas. Charlamos en una cafetería, fumamos shisha; unos se van a rezar, otros me enseñan la pornografía de su móvil, yo hago sus delicias con lo mismo. Me hago una foto con uno, él saca su pistola y me apunta. Continuamos, cambio de policias. ¡Joder! otra vez.

Me presentan al capitán. No me cae bien, la arrogancia del poder olvida que también es humano. Ya llevo recorridos 110 km a una velocidad media de 30 km/h. Les hago el regalo también a ellos, vuelo. Me paran ¿a qué hotel vas? ¡No hombre no! el capitán no entiende de arte. Le digo que ni idea, que cuando lleguemos buscaremos uno. Me subo enfadado a la bici y tiro. Pues ahora a 20 km/h, no, mejor más lento. Me adelantan, cambio de policias. Puuuuf...

Este habla inglés. Otra vez la misma pregunta, yo la misma respuesta: NO, no subo la bici al coche, viajo en bici. No enfadamos y lanzamos rayos por los ojos. Déjame por favor, sólo quedan cinco kilómetros... nada que hacer. Vale, la bici en el coche pero te esperas a que me fume un cigarro. Se enfada todavía más el nuevo poli. Pues no monto contigo -como los niños chicos que me pongo- y voy detrás con Mukeika y los soldados rasos. Se ríen cuando les digo que el jefe tiene algún problema en la cabeza.

Me llevan a un hotel. No señor, no voy a pagar esa cantidad ingente de dinero. Otro, otro y sigo negándome. Desespera el poli malo, yo me río. Les digo que quiero ir a uno que tenía apuntado. -Ese no es seguro, no tiene policia- pero, qué coño pasa en esta ciudad... Me salgo con la mía y me llevan a un hotel dentro de mi presupuesto. El coche patrulla no arranca, pues vaya mierda de seguridad. Le sigo montado sobre Mukeika jeje

Adios poli malo. No vale la pena ponerse así por las buenas te abría llenado de colores pero por las malas... Paranoya en el hotel, buen precio pero paranoya. Me escanean el pasaporte, lo miran con lupa y luz fluorescente ¿pero que pasa en esta ciudad? Me dicen que nada, que es por mi seguridad. Al carajo. Les sonrío y me voy a duchar.

Mi rodilla: ¿pasaba algo en mi rodilla?
Mañana: ¿volveremos a volar delante de la policia? Me levantaré temprano, mañana jugaremos al ratón y al gato

Total hoy: 133,2 km

Día: 105 - 3640 km - Asyut (Egipto)

1 comentario:

Anónimo dijo...

uauu!!!
un capítulo muy interesante...
Muchos abrazos desde un Valencia lluvioso....

 
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