miércoles, abril 23, 2008

martes, abril 22, 2008

El Día de mi Cumpleaños

¡Qué mejor regalo de cumpleaños que contemplar las pirámides!

Un par de horas después de gritar el despertador, Muke y yo, plantamos ruedas sobre el asfalto y recorrimos un Cairo aún en tránsito por los dominios de Morfeo: tranquilo, sin excesivo ruido ni coches en su constante concierto de bocinas. El cuerpo de policía eligió este especial día para cambiar su atuendo del negro invernal al blanco primaveral.

15 km más tarde, con más de 30º C y finalizado el paranoico control policial a Mukeika, entramos en el recinto de las pirámides. Suerte la mía por estar en compañía de Mukeika: recorrimos fácil y rápidamente los espacios entre pirámides, miradores y la esfinge.

Muchas veces me hablaron con espanto de los caza-turistas que allí se encuentran y de lo cansinos que pueden llegar a ser. Para mi sorpresa no me topé con tales o no me lo parecieron, quizá sea la vacuna puesta años atrás en Marruecos que inmunizado me tiene ante vendedores y zalameros.

La temperatura aumenta, despiertan los rojizos tonos en la piel de los allí reunidos. No han dado las 11 de la mañana y buscamos las sombras aguardando a que la temperatura del cuerpo recobre su normalidad. En estos momentos de "sombría" espera, mi mente se desplaza hacia el futuro cercano y trata de encontrar la manera de continuar el viaje bajo temperaturas cercanas a los 40º C y un padre Sol que castiga sin piedad. No logro resolver el enigma planteado pero con alegría acogo este nuevo pasatiempo. "Ya lo descubriremos Petit, no te preocupes ahora por eso" -dice Mukeika-. Dulces palabras que me rescatan del mundo de los pensamientos, de mi abismo interior.

Los policías me hacen señales para que me acerque a ellos, yo trato de que sea al revés; al final nos encontramos en un punto intermedio. Con mirada infantil contemplan a Mukeika, no me puedo negar cuando con esos ojos me ruegan probarla. La mayoría de ellos se encuentran entre los 20 y los 24 años aunque aparenten más. El servicio militar es de uno a tres años: uno para los afortunados, con estudios y dinero; tres para la mayoría, más los días que se van sumando por castigos menores a causa de su "mal comportamiento". Con suerte no son enviados a conflictos bélicos o a razones humanitarias como es moda decir, pero la suerte se fue a tierras de temperaturas más gratas; los egipcios son los soldados "humanitarios" más baratos de los que se sirve la Demokratía, allí dónde nadie quiere ir; poco sueldo por tantos sueños rotos.

A veces me imagino un mundo diferente y se lo cuento a Mukeika, que con agrado escucha mis idílicas historias: sueño con un mundo diferente, también tiene conflictos -ni en mis sueños desaparecen-, donde los guerreros son los políticos y los presidentes, y el pueblo les acompaña en sus batallas bajo el lema "Pan y circo para el Pueblo". Allí como espectadores contemplamos la sangrienta resolución de sus diferencias; a su fin, llega el ansiado Tercer Tiempo, donde las gentes, las diferentes civilizaciones, comentamos alegres los momentos estelares de la batalla política. Qué bonito sería... lo que se ahorrarían los estados si solamente luchasen aquellos que crean los problemas, una centena de personas...

A lo lejos avisto la figura de la Esfinge, nos acercamos para mirarla directamente a la cara bajo un Sol abrasador. Me recreo en mi ensoñación de lo que debió ser esta cultura: tan importante, con tanta ciencia... ahora nada. El tiempo pasa y al final permanece poca cosa de los Grandes Imperios. ¿Qué dejaremos nosotros de nuestro paso para cuando nos desentierren?

Volvemos al Cairo ahora más ruidoso. 40º C en sus calles llenas de coches, son las 12:30 pm. Compro algo de comer y voy a casa a abrir los regalos que me esperan en el email -Muchas gracias a tod@s por vuestros lindos mails y ánimos, Mukeika recibió con agrado todos los besos-

A las 17pm me encuentro con amigos, vamos a contemplar el atardecer sobre la ciudad del Cairo mientras tumbamos unas cuantas botellas de cerveza.

Llegaron los mundos de la noche, las llamadas a la oración y la hora de los mosquitos. Suena mi teléfono: ¡me llaman mis seres queridos! Ummh.. Muchas gracias otra vez.

Termino la noche con Luca, un joven y apasionado fotógrafo suizo, jugando al dominó en un cafetín mientras fumamos shisha y bebemos el omnipresente té. A la una nos despedimos.

Alegre amanezco con mis recién cumplidos 30 años.

Día: 94 - 3234 km - El Cairo (Egipto)

miércoles, abril 16, 2008

Noche Sufí

Poco sé de lo vivido en la noche de ayer -14 de Abril de 2008- en el barrio islámico de El Cairo, poco más que fue un evento religioso, "Tanta Moulid", la celebración en memoria del nacimiento de Ahmed el-Bedaw, un santo sufí local del siglo 13 o de una mujer cuyo nombre e historia desconozco.

Para subsanar la poca información de la que dispongo os brindo con lo que mis ojos vieron, mis oídos escucharon y lo que mi corazón sintió:


¿Cómo es posible que cante sin parar dos horas y cuarenta minutos? -Pregunté a mi amigo egipcio- Estos “conciertos” normalmente duran dos horas, pero Ahmed Bayoomy es el mejor y lo puede hacer por mucho tiempo más. Cuando entra en trance, su fuente de energía es desconocida. Una gran persona, un gran sufí.

Hombres, mujeres, niños, corazones mezclados; hombro con hombro girando de izquierda a derecha, bailando de derecha a izquierda, rezando sumergidas en trance por las tranquilas aguas del lago que separa lo divino de lo terreno. Movimiento, quietud de la mente, música por doquier.

Bebida y comida gratis para los pobres, personas que habilitan espacios en sus casas, todos somos bienvenidos a comer, a estar mientras se cantan fragmentos del Corán. Se mezclan las dimensiones, se descuidan las tradiciones, al alcance de mis ojos hombres y mujeres comparten un mismo espacio.

Niños alegres con regalos en sus manos pasean por las concurridas calles de la mano de sus padres, montan en las atracciones y endulzan estas horas de celebración con pasteles y té.

La música me aturde, me mareo en el mar de gentes. Los imanes llaman a los fieles a la oración, la noche habla desde los minaretes. Colores, muchos colores, infinitas imágenes en batalla por captar mi atención, colman mis sentidos, los saturan extasiados de sensaciones.

Bombillas rojas, verdes, azules... luz abriendo paso entre las sombras. Color en los turbantes de los hombres, en los pañuelos de las mujeres, en la sonrisa de los niños, en el corazón de los que allí estamos congregados.


Amalgama de olores, tierra humo té sudor madera perfumes el Nilo animales flores...

Ancianos vestidos blanco, de luminosa y cariñosa mirada, sentados de piernas cruzadas recobran la juventud al reclamo de la música. Se levantan, danzan por el camino del pentagrama musical con movimientos ligeros que poco a poco incrementan la velocidad de su ir y venir, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda. Embelesado por la gracilidad de sus movimientos no soy consciente del movimiento de mi cuerpo; perdido el control de la mente, el cuerpo retorna a su trono de poder, de consciencia natural.

Baila, siente, consiente perder la razón y trascender más allá de los sentidos, permite que tu cuerpo se manifieste mediante el milenario lenguaje de la danza.


Estados mentales de pasión, de embriaguez religiosa. Cabezas de serpientes son introducidas en las bocas de los fieles, pinchos que atraviesan la carne sin rastro de sangre. Miradas fuera de este mundo, también cercanas, cuando el rápido y mágico cambio de las facciones se convierte en néctar de sonrisas y de calurosa bienvenida.

viernes, abril 11, 2008

Ring, ring, ring... 5 minutitos más

- Oh Micky! siempre que llega el día de partir ¡te despiertas tan tarde! eres tan lento... Siempre me haces esperar, me enojas mi querido compañero.
- Mmmh... me encariño con las ciudades y sus gentes Muke, más si hago buenas amistades como ocurrió en Chichina (Túnes), Trípoli (Libia) y ahora en Alejandría.
- ¡¡Ja!! Lo que pasa es que no te gusta madrugar Petit. El sonido del despertador no significa para tí más que cambiar de sueño.
- Muke, es que tardo mucho tiempo en arreglarte y me da pereza sólo de pensarlo. No me gusta hacer las maletas.
- ¡Descarado! Ahora la culpa la tendré yo. Si me preparadas antes de ir a dormir, no te pasarían estas cosas por la mañana.
Sabes qué, hoy nos vamos a freír en la carretera que va por el desierto dirección al Cairo y el hermano Eolo no sé cuántas veces más querrá ocultar nuestro tardío rodar al padre Sol, cada vez es más difícil encontrar nubes!! Grrr Daniel!!
- Upps...
- Mi querido Príncipe, ya no me engatusas con esos ojitos tuyos ni con tu sonrisa.
!Haz el favor de cambiar! Santa madre Gea, qué atrevida es la ignorancia.

Y se preguntarán ¿qué es lo que pasó ese día? Micky y Mukeika salieron de la ciudad a las 12 de la mañana después de desayunar con su amiga Amany en su gimnasio. Sorprendidos por el buen tiempo y el moderado calor, rodaron 105 km ese día. No vieron desierto de dunas como ellos imaginaron, tampoco en los días posteriores, en ninguno de sus 244 km hasta el Cairo; se encontraron con tierras cultivadas, flores con sus vestidos de primavera y muchos, muchos resort o centros vacacionales donde el cliente puede entre muchas cosas, jugar al golf o ir al spa.

Durmieron la primera noche entre un restaurante y una mezquita, o por lo menos lo intentaron ya que el ruido de la carretera es infernal incluso por las noches; pasaron casi toda la noche en vela y la aprovecharon para celebrar el cumpleaños de Mukeika (3000 km). La segunda noche lo hicieron en la entrada de un gran centro comercial, allí encontraron gente amistosa y pequeños ratos de conversación. La tercera noche lo hicieron en el Cairo pero antes fueron a una exposición de grabados y a un concierto en la Embajada de Alemania.

Día: 83 - 3151 km - El Cairo (Egipto)

miércoles, abril 02, 2008

Personas: unas buenas, otras malas

El mundo está lleno de personas, unas buenas y otras malas. Debajo del color de la piel, la religión, las ideas políticas, la procedencia, etc. se encuentra lo más especial del ser: la Persona.

Cruzo las fronteras a dos ruedas, a un palmo del suelo y no en las nubes como amistosamente otros me dicen.

Ahora en Egipto, hace pocos días en Libia, antes en... voy descubriendo al ser humano en su abanico de color. Caen los tópicos uno tras otro y voy conociendo otros. Descubro lo fácil que es hablar, opinar sobre lo desconocido y crear sentencias que poco a poco se convierten en máximas de una sociedad: que si este pueblo piensa de forma extraña, que si el vecino sólo piensa en el dinero y son unos ladrones, etc. Pero cuando cruzo la línea que divide estos pensamientos, tan sólo encuentro personas, unas buenas y otras malas.

Juzgamos a millones de vidas por la imagen que tenemos de sus dirigentes, de los representantes del pueblo. Por ejemplo, Libia fue un país excepcional donde encontré grandes luces que alumbraron mi pasar. Esto me da que pensar sobre la importancia de la imagen de un presidente de una nación, de éste trabajador electo por un pueblo.

Me he cruzado con senegaleses, nigerianos, camerunenses, koreanos, personas de muchas partes de planeta; pero siempre recordaré al iraquí que me invitó a café en su cibercafé y sus palabras respecto a la ayuda prestada por España en la masacre de Irac -llámese demokratización o como sea-: "pienso que el pueblo español, es un pueblo de paz, realmente quiere la Paz en el Mundo". Esto vino después de malnombrar a nuestro anterior representante electo -nuestra imagen al mundo- y los muertos que cada noche vuelven en sus sueños.

Me repito en mis palabras: gente buena y gente mala, personas.

lunes, marzo 17, 2008

Cumpleaños Mukeika

- ¡Muchas felicidades Muke! ¡Te deseo de corazón unos felices 2000 km!
- Muchas gracias Micky, estoy muy contenta de haber cumplido en La Montaña Verde -Libia- mientras la ascendía rodeada de verdes prados, flores y gente tan amable por todas partes. Felicidades pero... ¿y mi regalo?
- Mi querida compañera, no me olvidado de tu regalo: una página donde podrás contar todo lo que te venga en gana. Me envían tantos saludos para tí desde España y hasta Tarec me manda recuerdos ¿te acuerdas de él? ¿el periodista de Oya en Trípoli? que pensé que te gustaría... -Mukeika asiente llena de alegría-
- ¡Ooooh! ¡¡gracias, gracias!! Sokran Micky. ¡Me encanta! Siempre tan atento conmigo, te adoro.
¿Podré hablar de todo lo que quiera? ¿Hasta de tí? ja ja
- De todo lo que quieras Muke. Y tú, ¿me dejarás colaborar en tu página?
- Juntos hasta las estrellas querido Micky. ¡Hasta los cohetes!
- Te quiero mucho Muke, ¿lo sabías?
- Y yo a tí Micky.

Así es como un 17 de Marzo de 2008, Micky regaló a su compañera su espacio en la Red (CicloNomad) por haberle llevado más de 2000 km sobre ella recorriendo parte de España, Túnez y Libia.

lunes, marzo 10, 2008

Margabal



!Tienes una suerte endemoniada Daniel¡ !Tu madre ha tenido que rezar hoy mucho por tí! repetía sin cesar mi Ángel de la Guarda de Libia mientras íbamos viendo como se acercaba el momento en el que conseguíamos la ampliación de mi visado de tránsito hasta el 30 de marzo de 2008.

Esta misma persona, Abdulaziz Lathram, buen amigo y consejero, me sugirió que me hiciera con un número para mi móvil y logró que me entrevistaran en un periódico en el que un día, ocupé una columna y otro una página entera.

- ¿Qué dices Mukeika?
- Mmmh Zzzzz Zzzz
- Está cansada la pobre y tiene las ruedas remendadas de parches por el estado de las carreteras. Me parece que hoy no quiere hablar con nosotros.

Vagamente consigo encontrar las palabras que describan la magia de estos días, de los encuentros y momentos vividos.

Cuando se resolvió el problema de la frontera estuve un rato con la policía que me ofrecían cigarrillos, asiento y me daban su número para que les llamase al llegar a Sabaratha. No hizo falta porque me los crucé a la entrada de unas ruinas romanas. Allí compartimos risas y cigarrillos hasta que llegó la hora de la cena, las copas y el humo.

Salí con energía a la mañana siguiente después de desayunar con un hermano marroquí. Rodamos 81km por pésimas carreteras siempre llenas de coches y camiones hasta llegar a Trípoli. Qué diferente es esta capital a todas las otras visitadas. Qué perdido me sentía al buscar el camino al albergue con todos los letreros en árabe y su constante ir y venir de coches. Las calles llenas de gente. La cegadora luz que de rebote fuerza ese incomodo gesto en el rostro de todos.

Atardece lentamente y extenuado sigo sin encontrar el albergue. Al final, unos ociosos chicos me ayudan. En la habitación 206 descanso y día a día va cambiando mi primera impresión de mis compañeros de habitación Idriss, Ali y Hasan. Ellos se convierten en mis amigos, en mi familia durante las seis noches que viví en esta ciudad de mano de Abdulaziz, de los periodistas -amigos- que me llevaron a visitar el Museo de Munzur, la sede de su periódico, la ciudad; del encargado de hacerme la entrevista, Tarec, que me abrió las puertas de su casa donde conocí a su familia.¡Margabal Daniel! (Bienvenido Daniel) es la frase de las gentes de Libia al verme aparecer en solitario subido sobre Mukeika.

Dejé Trípoli con gran pesar pero contento por volver a la carretera. No rodé mucho ya que la ampliación del visado me da calma y me dejo llevar por el instinto. Llegué a Al-Garabulli donde paré a cenar algo y en ese mismo restaurante pasé la noche entre iguales, como me decía uno de los tres tunecinos que allí habitan: <Tú eres igual a nosotros Daniel. Nosotros somos tunecinos en Libia y tu español también en Libia. Un amigo, un hermano>

60 km más tarde y algún pinchazo más, me encuentro en El-Khums donde después de dos noches en un albergue de mierda -el jefe se queda con el dinero y los estudiantes que aquí pasan el año universitario conviven sin agua caliente, sin higiene y dentro de un edificio que se cae- me preparo para mañana salir hacia Misratah.

Feliz encuentro



Hoy en Leptis Magna -a 4 km de la ciudad El-Khums- me he encontrado con un grupo de españoles. Visitan Libia y su legado histórico con un profesor de arqueología de la UAM. Hermoso grupo de personas que me ha dado la oportunidad de practicar mi olvidado acento madrileño y pasar un día maravilloso con su compañía y cariño.

Agradecer a Carmen, la coordinadora del grupo- y a Clara -de la agencia De Viaje- su invitación a comer y a continuar con ellos la visita al complejo turístico. Mis mejores deseos para la encantadora señora de 82 años, la solitaria viajera ya jubilada que con sus sonrisas me llenaba de cariño, a aquella mujer que preocupada me preguntó con tanto amor acerca de mi alimentación, a Carmen, etc. A todas estas personas que como bien dijo una, podrían ser mi madre o mi abuela: suerte, buen viaje y que conserven por mucho tiempo la pasión por conocer a pesar de los miedos que eso conlleve.

Marchante de arte, gracias por pasear conmigo y tu compañía. Continua siendo tan especial.

viernes, febrero 29, 2008

El Hombre de Salem

"Úsalo sólo en caso de emergencia, nada más". Estas fueron las palabras que el misterioso Hombre de Salem me dijo al darme su número de móvil en nuestro único encuentro. Fue en Túnez capital, después de charlar largo y tenido sobre su país, Libia. No me entregó a Urim y Turim, me dio su número, algo habitual en este siglo.

Cruzar la frontera de Libia no fue cosa fácil. Seis horas esperé pacientemente en tierra de nadie, sobre la delgada línea que distingue idiomas, gustos, pensamientos, etc. de los Pueblos en un simple mapa. Veía cruzar a los coches aquello que tanto deseaba franquear hasta que un policía, sorprendido de verme después de tanto tiempo, me preguntó si disponía de algún número de teléfono, de algún contacto en Libia. Abrí mi cuaderno al azar en la página donde una gran exclamación cerraba la palabra:


Emergencia!

El policía llamó a ese número. La Magia entró en escena.

martes, febrero 26, 2008

Diálogos

- ¡Eh! ¿Qué pasa, no vas contar nada a tu gente? ¿Qué ocurre?-pregunta Mukeika a Micky-
- No sé qué contar Muke, estoy cansado y tengo la cabeza embotada con tantas historias, experiencias y encuentros que no se por dónde empezar.
Quizá para ti sea fácil. Ruedas por las carreteras sin rumbo, tranquila sin plan. Disfrutas cada momento, cada metro sin pensar en el mañana, en el momento de dejar Túnez. En cambio yo, me peleo entre las ganas de avanzar hacia el Este y el recuerdo de las personas que se quedan atrás.
Ahora aquí en Aghir, escucho el susurro del oleaje de la Madre Mar y dejo que me lleve tan lejos como sus aguas bañan las costas de otros lugares.
- ¡Ah! muy bonito. Crees que olvido a todas aquellas personas que además de ti me han montado y reído al desplazarse en mi dulce rodar. De los niños que curiosos han deseado montarme pero por mis 56 kg no han podido.
Cuando en El-Hachichina serví de atril para que fotografiases a los niños o cuando la familia me fue probando el día de nuestra despedida.
- Lo siento Muke, a veces olvido que eres mucho más que una bicicleta.

Así comenzó el diálogo entre Micky y su compañera de viaje Mukeika una mañana a finales del mes de febrero del 2008 mientras desayunaban pan con membrillo y quesitos.

Mukeika es muy alegre y de personalidad segura y fuerte aún siendo tan sólo una bicicleta para los humanos. No para todos, mis queridos lectores: los niños y Micky, además de las plantas y los animales; de los cuatro elementos -hermanos de Mukeika-, todos ellos ven más allá de su refinada y bella estructura y pueden hablar con ella y escuchar cómo ríe y bromea a cada momento.

Una vez terminaron de desayunar, mientras Micky fumaba su cigarro mañanero, charlaban animados por el comienzo de un nuevo día recordando historias pasadas por tierras tunecinas. Porque mediante las historias se comunica el humano, transmitiendo la Memoria de generación en generación. Poniendo en ella los sentimientos y con ellos el corazón de ese instante que es el Vivir la Vida.

Mientras el día despertaba, así rememoraban sus historias nuestros dos protagonistas:

- Cierto, qué buenos momento pasamos en Kairouan. Sabes Mukeika que Kairouan en una de las cuatro ciudades más importantes dentro del Islam. Imagínate una cruz en la que en sus extremos se encuentran: Meca, Medina, Jerusalén y Kairouan. Pues hiendo cuatro o cinco veces a Kairouan bastan como ir una vez a la Meca.
- No, no lo sabía Micky y qué más
- Aaaah... amiga mía. Deja que te cuente más cosas acerca de esta ciudad que tanto me gustó y de alguna de sus historias.
Allí se encuentra la fuente de Bir Barruta. Cuentan las gentes de aquel lugar que cuando una caravana cruzaba estas tierras, cansada y sedienta de cruzar áridos parajes. Lloraban los más jóvenes y los animales, sedientos, renunciaban a seguir la marcha. En el momento más duro para todos, cuando apenas la sombra se atrevía a asomarse, un perro escarbaba en la tierra. Escarbó hasta que de allí mano agua fresca para el bien de todos. Desde entonces allí se encuentra la fuente. Rruta es el nombre del perro y Bir el del lugar.
Algunos dicen que estas aguas están vinculadas con las de Zem Zem, en Meca, y algún día volverá a manar el agua vinculada a ese santo lugar. De momento un majestuoso camello adicto a los terrones de azúcar mueve diariamente la rueda del pozo para extraer el agua que en sus profundidades se halla y de esta forma, su refrescante elixir, continúa dando de beber al sediento y al peregrino.
Además tiene una enorme y magnífica Mezquita construida en tiempo de las conquistas árabes del Magreb a mediados del siglo VII A.D.
Es una ciudad de gran belleza y tranquilidad donde en su Medina los hombres y mujeres tejen alfombras de tres diferentes estilos, trabajan la seda y el hilo con la misma maestría que antiguamente, cuando el apogeo cultural del mundo árabe.
- Oh y yo en aquel hotel que antiguamente fue una cuadra y que con el paso de los años se fue convirtiendo en lo que ahora es.
Después de Kairouan nos fuimos a Sousse, Mahdia y El-Jem. ¿No es así?
- Sí me querida parlanchina. Recuerdas que en Sousse dormimos en la casa de Brahim y de su pareja gracias a ese encuentro fortuito con los suecos Alex y AzilGreb. La última, vive dentro de la Medina y allí va escribiendo sobre la gente extraña y las fantásticas historias que ocurren dentro de sus murallas.
- Oooh.. je je je ¡qué personas más interesantes hay por el mundo!
¿Qué vino después Micky? Ah! ya recuerdo, cuando quisimos hacer 133 km en un día desde Sfax a Gabés y tardamos, como nos gustaba imaginárnoslo: "133km, 1 día y 3 noches"
- Ja, ja, ja ¡es verdad! Sin duda, lo mejor que nos ha ocurrido en Túnez.
- Sí, qué familia tan amigable, simpática y alegre. Cómo disfrutaban subidos en mi y cómo se reían cuando bromeando los tiraba al suelo.
- Menos mal que ninguno de ellos sufrió daño alguno con tus bromas, Muke. Porque yo, días antes, al pensar que habías tirado una botella de agua cuando salíamos de El-Jem de ver su anfiteatro romano, me dí un buen susto cuando me tiraste al suelo.
- Lo siento, Micky, no volveré a bromear contigo por la mañana temprano. Además, eres un aburrimiento de compañero sumido en tu mundo lejano hasta las 12 am.
- No eres la primera persona que me sufre viajando por las mañanas pero bueno, volvamos a la familia en El-Hachichina.
Íbamos a mitad de camino cuando aparecieron en la carretera a lo lejos Amina y Dbanda gritando y haciéndonos señas para que nos acercáramos. Nos invitaron a comer y así se nos hizo la noche y con ella vino el papá, un tipo grandullón de enorme sonrisa y gran corazón que día a día nos decía en árabe que nos quedáramos más tiempo con ellos.
Así transcurrieron tres noches más entre clases de pronunciación del árabe, ayudando a embellecer la fachada de la casa a sorbos de té e inhalaciones del delicioso humo de la Chicha -Cachimba, para los españoles-.
Allí me pusieron un nombre árabe y así me llamaron siempre ¿Te acuerdas Muke? Nosotros creyendo que me decían Omar y no, era Amor. Amor ibn Ramiro.
- Qué días tan felices y qué difícil fue irnos de allí.
- No me recuerdes Mukeika, no me lo recuerdes. Estabas tontita, no querías avanzar y el hermano Viento nos hablaba de cara acerca de la familia que dejábamos atrás con lágrimas en los ojos. Fue a los siete km que se rajó un poco la cubierta de tu rueda trasera y te la cambié por una nueva. Tuve que tirar de tí durante 50 km de los 70 que hicimos aquel día hasta Gabés. Te portaste muy mal, casi me matas del esfuerzo; hasta intenté durante quince minutos hacer autostop de lo terca que te pusiste por tener que rodar de noche.
- Si no te diera por salir tan tarde, hubiéramos visto el atardecer en la ciudad y no en la ruta.
- Vale Muke. Se lo prometí a mi padre y ahora te lo prometo a tí. A no ser que sea absolutamente necesario, no volveremos a rodar de noche, ok?
- Mmmh... te creo, se que eres persona de palabra.
A mi -dice Mukeika- lo que más me gustó fue el día de llegada y el de salida de Matmata, recorriendo planas llanuras antes de subir las montañas.
- Cierto es que fueron los días más bellos en la carretera. Cuando ascendíamos a Matmata y nos paró un coche para hacerse fotos con nosotros, ¿recuerdas? -Mukeika asiente afirmativamente- Resultó que eran un grupo de chicas/os que trabajan para Red Bull y con esta bebida nos dieron energía para subir lo que nos quedaba.
- Y no olvides cuando nos paramos a saludar a unos que viajaban en su furgoneta desde Karinthia hasta los desiertos tunecinos. Qué personas tan simpáticas que te invitaron a café y bollo y te regalaron un paquete de tabaco. Me encantan las personas de esa región -dijo Mukeika-.
- Lindas, lindas, muy lindas y bellas personas. Pena que no nos encontrásemos con ellos al día siguiente.
Muke, yo no sabía por qué íbamos a Matmata, no recordaba porqué estaba marcado en el mapa. Al final, una parejita de ingleses que maravillados y envidiosos te miraban, me dijeron que allí cerca habían rodado parte de la película de la Guerra de las Galaxias.
- ¡Asú! y no me llevaste a ver ese sitio Micky. Sólo fuimos a ver aquellos enormes agujeros en la tierra donde vivían/viven los bereberes y porque estaban de camino que si no...
- No te quejes Muke, el trato es que tu elijes la ruta en tu libre albedrío y yo cuándo y dónde nos paramos. ¿No es así?
- Eres insoportable cuando te haces el listillo sentencioso Micky pero tienes razón.
- Muke, gracias a ti pasamos dos días entre colinas que subían y subían para después bajar bañadas por la sombra de las nubes. También nos llevaste a donde ahora estamos por un camino que yo nunca habría tomado.
- Sí, y fue Mustahfa quien nos invitó a comer y luego a dormir en su casa porque dio la casualidad de que es profesor de informática en un colegio y así comenzasteis a llevaros.
- E vero, él en su moto rodó varios km al lado nuestro preguntándome cosas de redes y servidores hasta que finalmente terminamos en su casa comiendo. Después nos fuimos a ver un partido de fútbol en el patio del colegio entre los profesores.
- Cuántas cosas ¿no? Micky
- Sí, y muchas más que nos han ocurrido y nos pasaran.
- Micky, ¿cuándo vamos a cruzar a Libia?
- Dentro de pocos Muke, seguro antes del 2 de Marzo ya que después no nos lo permite nuestra visa de tránsito.
- ¿Sabes? estoy nerviosa -Por qué, preguntó Micky- Porque 15 días no son suficientes para cruzar ese país que tiene casi 1800 km de costa. No sé cómo lo vamos a hacer.
-Mi querida Mukeika, estate tranquila. Ese libro tiene sus hojas todavía en blanco. Recuerda eso que leímos en una ocasión:
"El que tema por sufrir, ya sufre de temor"
Permitamos que el país se nos presente poco a poco y con él la solución a esa adversidad.
- ¿Vas a votar el 9 de Marzo Micky?
- Mucho preguntas ya Muke. Anda, vamos a bañarnos a la playa que ya empieza a calentar nuestro Padre Sol.
- Y ¿haremos un castillo de arena?
- Muke...
- Coñazo de tío -murmura Mukeika para sus adentros-. Vale, ya callo. Vámonos.
[Dedicada al Flaco con todo mi cariño y buena energía. Suerte Gran Valor]

Tunez



sábado, febrero 09, 2008

Túnez

Salam, queridos tod@s!!!

Lo primero, disculparme por la demora de mi primer e-mail ;) Ahora veamos que me ha acontecido en estos primeros 22 días de viaje:

Me siento muy bien, feliz como unas castañuelas en alegres y virtuosas manos. Para los que supieran de mis problemas en la cadera, decirles que todo está OK!!

Mi intuición despierta poco a poco de su largo letargo convirtiéndose en la brújula de un viaje en el que solamente sé el rumbo. Me permito la licencia de no deciros cuál es ese rumbo y de esta manera, vayáis descubriendo conmigo los detalles del viaje, viviéndolos en el presente, ese momento donde intento situarme.

Los primeros 17 días fueron por España a modo de entrenamiento físico. Hacía mucho tiempo que no viajaba sobre una bicicleta y debía medirme. Comencé a pedalear desde El Puig (Valencia) hasta Barcelona siguiendo la nacional N-340. Visitando amistades, reencontrándome con otras y haciendo nuevas. Viendo los cambios “urbanísticos” y un horizonte lleno de grúas. Disfrutando de la gastronomía de cada región y de sus peculiaridades lingüísticas.

Valencia, Castellón, Tarragona y Barcelona fueron los lugares agraciados para que Mukeika y yo rodáramos; embarcamos destino a Civitavecchia (Italia) y después a Túnez donde ahora me encuentro.

Túnez me acogió con cariño, no tanto la aduana portuaria donde su policía al verme aparecer con una bicicleta me hacían llamar para mostrarles el pasaporte, el dinero en efectivo que llevaba, las tarjetas de crédito y para responder sobre el motivo de mi viaje. Varias horas después conseguí salir con una sonrisa y la mirada curiosa.

Recorrí el camino desde el puerto hasta el centro de la Medina donde me alojé por dos noches. Poco visité en esta ciudad pero si me permití el perderme por la calles de la Medina llenándome los sentidos de especias, vivos colores, té y café. Mi oído dejó la lengua italiana para introducirse lentamente en la musicalidad del árabe y el francés.

La ciudad de Túnez me dio mis primeras amistades y los primeros profesores de árabe. Arrancó mis primeras sonrisas, gestos de gratitud y cariño. Pero no todo es maravilloso en la vida del ciclo-nómada porque tarde o temprano siempre llega el momento de la despedida y con ella el paso al recuerdo y/o el olvido de personas que por unos instantes en la vida se convirtieron en mis amigos, en mi familia.

Uno de mis amigos es Antonio Braid Ribeiro, de origen brasileño y profesión entrenador de fútbol. Excelente persona que pasó años trabajando en este país y ahora de vacaciones espera a incorporarse a un equipo o a la selección nacional de Guinea. Suerte amigo mío. Que Dios te acompañe a ti también y a los tuyos.

Me fui de Túnez con lluvia, ni diez minutos pasaron cuando comenzó, hecho que me brindó la oportunidad de parar a tomar un café y practicar alguna palabra de árabe. Ansiosa por rodar en África, Mukeika no paró de hablar mientras escribía unas líneas en mi diario. Con la última gota del cielo, pusimos dirección a Hammamet.

Los primeros kilómetros fueron por la autopista hasta que un amable policía me hizo saber que estaba prohibido y me sugirió ir por la general, carretera que creía tener la certeza de estar transitando. Mucho mejor resultó el cambio de vía: menos ruidosa y más vistosa; atravesando pequeñas poblaciones inmersas en la Madre Naturaleza, plantaciones de olivos y naranjos, paralela a las vías del tren. El tunecino es una persona agradable, amigable y así me lo demostraba con sus sorprendidos ojos y las bocinas de sus vehículos. Hammamet, ciudad turística de playa, llena de vida en verano pero aburrida en invierno.
Hace pocas horas que llegué a Nabeul, otra ciudad-playa con más vida que su sureña vecina Hammamet.

N-340

N-340

Embarcada en Civitavecchia (Italia) “Mukeika” descansa en el garaje número 3 de la nave Eurostar Salerno.

Juntos hemos recorrido los primeros 502 km principalmente por la carretera nacional N-340, el levante dorado español. Salimos el soleado 20 de enero de 2008 acompañados por los reunidos en la Plaza de la Cebada al reclamo de un viaje, de una despedida ya inmortalizada por Ricardo Cantalapiedra. Ocho corazones y sus bicicletas pedalearon junto a nosotros la primera etapa: Hamano, Juanele, Carlangas, Esther, Bego, Pili, Jorge y Poblete. Otro corazón más se unió al pelotón en Rivas Vaciamadrid para brindarnos con su sonrisa además de cervezas y bocadillos -gracias Alberto-.

Salir de Madrid no fue fácil pero finalmente encontré un transporte en el que sí me permitían viajar junto a mi compañera de viaje "Mukeika". Llegados al Puig (Valencia) y después de dos días maravillosos ponemos ruedas en carretera dirección norte.

Castellón me llevó a mi más tierna infancia con el reencuentro de un gran amigo, Gerardo.
En Peñíscola, después de 235 km, dieron comienzo los encuentros con otros nómadas del mundo: dos hermanos de Hungría que están dando la vuelta al mundo a pie con un especial mensaje, y la alegre Marianne que hizo del duro y cansino día de pedaladas una tarde de risas y cervezas.

En los tres días siguientes, con una media de 85 km diarios llegamos a Barcelona gracias a la compañía de camioneros -gracias Juan y Segarra por la comida y la amena charla- y los polvorones, barquillos, bocadillos, y bebida de unas fantásticas personas pertenecientes a Cáritas en L'Ametlla de Mar (Tarragona).

Nueve días después, en mitad del Mar Mediterráneo sin avistar tierra firme, Túnez nos espera.

miércoles, enero 23, 2008

Elogio de la bici

Elogio de la bici

Madrid es territorio esquivo para las bicicletas. Los ciclistas ciudadanos son héroes: hacen ejercicio, tardan menos en llegar, no contaminan y suelen ser gente afable. Sin embargo, constituyen un colectivo con la muerte en los talones. Nada que ver con el sosiego bucólico de algunas ciudades holandesas. Circular en bici por Madrid es una temeridad. Los carriles habilitados para las bicicletas en la ciudad son más que insuficientes, no recorren las vías más importantes. Quizá por eso, hoy a mediodía, el madrileño Daniel Ramiro (de 28 años, informático) inicia en la plaza de la Cebada la Ruta de la Seda en bicicleta y en solitario. Fue Marco Polo, en el siglo XIII, el primer europeo que anduvo por esos parajes. Ramiro no está loco; es, simplemente, un aventurero. Ya ha recorrido medio mundo a golpe de pedal, de Laos a Vietnam, pasando por Cuba.

Nadie le patrocina. Sus amigos calculan que, si todo va bien, el periplo podría durar un año, más o menos. Pero la cosa se puede prolongar indefinidamente. Por dos razones. Primera: Daniel Ramiro, cansado de la informática, pretende aprender algunos oficios tradicionales de Libia, Egipto e Irán. Segunda: el ciclista tendrá que atravesar países en permanente agitación política y terrorista. Siempre está expuesto a que le roben su máquina en cualquier descuido. Hay que tener mucha afición para meterse en estos berenjenales.


La bici, como los caballos, ha ayudado mucho a la humanidad y sigue teniendo caballeros andantes. Es como los buenos perros: noble, fiel, resistente, amiga. El primer diseño fue obra, una vez más, de Leonardo da Vinci. El primer viaje en bicicleta alrededor del mundo fue realizado en 1887 por el norteamericano Thomas Stevens, que salió de San Francisco y tardó tres años en volver sano y salvo.
La bici merece un respeto y un trato preferente por parte de las autoridades. Buen viaje, Daniel, y mucho ojo con los talibanes. Cuida de tu máquina.


Escrito por: RICARDO CANTALAPIEDRA 20/01/2008 -El País-
http://www.elpais.com/articulo/madrid/Elogio/bici/elpepuespmad/20080120elpmad_3/Tes

 
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