martes, septiembre 23, 2008

Y ahora, ¿qué hacemos?


- ¿Y ahora qué hacemos? –Preguntó Mukeika sin poder disimular su preocupación por el brazo recién escayolado de Micky.

- ¿Sabes Muke? Ahora que está tan cerca el final de nuestro camino por los países árabes, siento pena y casi hasta una temprana nostalgia, ¡con las ganas que tenía hace unos días de cambiar de cultura! No me entiendo…

- Micky, la doctora te dijo que reposaras el codo al menos una semana pero tú… siempre con tus historias… tu mirada hablaba a kilómetros, de nuevos pueblos, colores y gentes, al final, te inmovilizó el brazo

–Mukeika es interrumpida por los pensamientos en alto de Micky.
- Fue tan hermoso cruzar el desierto… escuchar las sinfonías inmerso en su acústico vacío. Ese silencio solamente roto por el ruido de los motores de los coches y camiones; bueno, tú tampoco paraste de hablar en los seis días que duró la travesía de 675 km entre Muscat (Omán) y Dubai (UAE) –Micky se sonríe al tiempo que vuelve a perderse en las imágenes llegadas de sus recuerdos.

- ¿Y cómo vamos a ir hasta el aeropuerto? ¿Has comprado ya el billete de avión? No me gusta viajar en avión Petit. ¿Y si me pierden alguna de mis bolsas? Es demasiado rápido ¿a qué velocidad viajan los aviones? Llegaremos a la India en no más de cinco horas, ¡no estoy preparada para el cambio! Seguro que mi alma tarda varios días en llegar, siempre ha sido tan lenta…

- Muke, mi imagen de la India es un tren en desplazamiento, movido mágicamente por la música de la flauta (bansoori), del shitar y de la tabla india; dejando un rastro de humo de su lento pasar…

- Para mí eso es muy rápido mi Príncipe. A mí me gusta que las personas me saluden a mi paso, mirándome pensativas y curiosas por dónde vendremos, hacia dónde vamos…

- El desierto de Emiratos fue todo un lujo ¿no? Es la carretera más verde por la que hemos pasado en todo el viaje y sus puntos de descanso… ¡verdaderos hoteles gratuitos para los ciclistas! Tuvimos sombra prácticamente en sus 160 km, vimos granjas de camellos, conocimos a amables personas cada vez que paramos a reposar y las mezquitas, siempre tenían agua fría para beber y un lugar donde lavarnos. En Omán era muy diferente: largas distancias sin nada, ni sombra siquiera; dormíamos sobre la arena del predesierto buscando la brisa de la noche, conciliadora amiga del sueño; cocinábamos cavando un agujero en la tierra o con la trangia, qué ricas las cremas de espárragos y qué bien sentaron a nuestro estómago vacío de ramadán.

- Petit, pero hemos conocido a muy pocas personas de Omán y de Emiratos ¿no? Casi todos fueron de origen indio, pakistaní, filipino y algunos hermanos de Egipto. ¡Ah! Y el simpático somalí de la estación de servicio.

- Sí, Negrita, sí. Personas que se separaron de sus familias y amistades, que salieron de su país con la esperanza de una vida mejor para sus hijos a costa de interminables jornadas de trabajo. Los verdaderos constructores de estos países.

- A mí me impresionó la llegada a Dubai con sus rascacielos y sus interminables carreteras en obras; sus nuevos barrios-ciudades y su lujo por doquier. Te acuerdas Petit, que creímos que no lo contaríamos por lo difícil y peligroso que fue la entrada a esta ciudad.

- No me lo recuerdes Negrita, no me lo recuerdes y para colmo de todo, el codo me dolía horrores. Los dos últimos días estuvieron marcados por el dolor del codo, de las manos, el hombro, las rozadoras… ¡230 km inolvidables!
Por cierto Muke, ¿te apetece pasar unos días en alguna playa de la India? Como no puedo montar en bici por la escayola del brazo, pienso que no es mala idea, ¿no? Además nos encontraremos con el Juanele que está por allí pasando sus vacaciones. Ya sabes lo que me dijo la doctora: reposo o, “no hagas el animalito”.

- ¿A la playa? –Pregunta soñadora Mukeika- ¿Con comida y bebida a todas horas? Micky, prométeme que te pondrás crema protectora solar y que beberás mucha agua cuando estemos en la playa ¿Y a qué sitio me vas a llevar? ¿Me lo dices Petit? Yo quiero pescaito frito y una servesita ¿Hay en la India? Qué me gusta el mar, siento tu energía agua, gracias, la necesito. ¡A la playa!

sábado, septiembre 20, 2008

Desde el Islam Visa Oro

Mukeika está en el parking de un gran centro comercial en Al-Ayn, Emiratos Árabes Unidos (EAU), en el que aprovecho el aire acondicionado y su conexión a Internet.

Recién llegados, después de varios días de desierto, el resumen más rápido que puedo hacer es: mi codo sigue en su sitio y duele, por lo que monto con un brazo y pico, también me duelen muchas más cosas jejeje Mukeika está llenísima de vida, no para de hablar la jodia ;) Las máximas que hemos tenido han sido 45ºC pero con la crema protectora que me compré cuando llegué a Barcelona hace una pila de días, ningún problema -sigo sin llegar a la cubrir toda mi espalda- La Luna Llena en el desierto es increíble, llena de luz, que no deja dormir a pierna suelta debido a su luminosidad. El hambre se medio mató gracias a un salchichón que me regalaron en Sana'a y a la cocina portátil. Datos curiosos: jamás me quedé sin tabaco, el desierto da para pensar y mucho más, un día conseguí pedalear a las 6:30 am el resto de días... no comment; Omán casi no tiene omaníes, su población es de: India, Bangladesh, Pakistan o Filipinas ¡impresionante!

Ahora empieza el desierto de dunas. En dos días, llegaré a Dubai

viernes, septiembre 12, 2008

El codo

- ¡Ay! ¡Me duele mucho Muke! No puedo mover el brazo, el codo, está tan hinchado.
- Petit, vamos al hospital a que te lo miren. No seas tan Tauro y vayamos a ver un doctor.
- Muke, cómo quieres que vayamos si tienes una rueda pinchada y yo no puedo ni abrir una botella de agua, ¿eh?
- Tranquilo fierecilla, tranquilo. Pensemos… primero ¿qué hacemos aquí en este cibercafé?
- No encontraba hielo, todo está cerrado por el Ramadán y esto es lo más frío que he encontrado para mi codo.
- Mira que eres tonto algunas veces Petit. Anda, vamos al hotel y allí preguntamos dónde conseguir hielo.

Cerca del hotel había un mercado donde consiguieron hielo picado, el mismo con el que conservan el pescado. Las siguientes horas en la habitación estuvieron llenas de dolor y miedo por la idea de no poder cruzar en bici la montaña verde y el desierto que separan la capital de Omán, Muscat, y Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos. Esta es la última oportunidad de Micky de pedalear en el desierto arábigo antes de saltar a la India.

- ¿Qué hay para comer Micky?
- Macarrones con salsa de tomate concentrada y atún
- ¡Otra vez! Joo…
Cocinar en la habitación del hotel se convirtió en una aventura repleta de risas y dolor.
- Muke, no puedo abrir las latas de atún y de tomate, es imposible con una mano ¿Qué hacemos?
- A mí déjame tranquila que tengo una rueda pinchada y no me quejo.
- ¡Ay, ay, ay! –Gritó Micky rompiendo el silencio del mediodía- ¡¿Qué pasa Petit?! –Asustada preguntó Mukeika.
- Joé, que me he quemado con el agua hirviendo. –Mira que eres bobo Petit, me habías asustado- ¡Ay, ay! –Volvió a gritar Micky –¡¿Qué?! ¿Qué pasa ahora Petit? –Me duele Mukeika, me duele mucho…

Al terminar de comer y ante el intento infructuoso de dormir un poco, Micky se dirige al gran supermercado Lulú.

- Muke, me voy a comprar un antiinflamatorio al super. Vuelvo en un ratito. –Micky, Micky… piensa con claridad de nuevo, su codo ya no le molesta, se drogó con Nolotil- Se dijo Mukeika para sus adentros mientras le despedía con una sonrisa.

Micky caminó hasta el supermercado, no supo cómo parar un autobús, recordando los momentos de dolor después de la caída con la bici:

“Todos los coches estaban parados, un accidente, un coche destrozado unos metros más adelante. Esquivo un coche, subo a la acera,- ¡oh, mierda!- Me caigo al suelo, no consigo sacar el pie del rastral –¡Vaya ostia más tonta! Vamos Muke ¿estás bien?- Camino dos pasos y todo empieza a iluminarse –¡Qué bonitos colores!- Mi visión se llena de miles de puntitos luminosos, lo que veo es un firmamento repleto de estrellas. El dolor me hace reaccionar y diviso una sombra protectora ante los 40º C del día, me llego hasta allí y me desmayo despierto. Me pongo en movimiento al cuarto de hora, no puedo usar mi brazo izquierdo… pues con el derecho solamente. ¡Ostia qué dolor!”

Micky , a su vuelta del supermercado, regresa al hotel guardando sus últimas energías para saludar a Mukeika.

- ¡Hola Negrita! -¡Petit! Mi Príncipe, ¿conseguiste los antiinflamatorios?
- Sí los conseguí –Respondió sonriente Micky, apunto del desmayo causado por el dolor- Pero… ¿qué es eso que traes en esa bolsa? –Preguntó Mukeika- ¿Esto? Un capricho consumista, una ganga que he encontrado en este país del Islam Visa Oro, jejeje.
-¿Puedo continuar yo contando la historia? –Pregunta Mukeika al Narrador ¿eh? Si el Narrador de esta historia soy Yo… Estoy confundido, creo que me voy a dormir con Micky. Está bien Mukeika, porqué no, continúa tú cariño.

- ¡Gracias! ¡Qué ilusión! –Responde Mukeika, la Princesa más feliz y hermosa de todas, Yo, con mis ojazos oscuros y larga melena morena… –¡Mukeika! A la historia- ¡Señor, sí señor! Qué genio el de este Narrador, hoy que ando divagadora, con mi mente volando y volando, sintiéndome libre y soñadora… –¡Mukeika!

Continúo, continúo… Petit, digo Micky, abrió su capricho con sus ojitos brillantes, brillantes como los niños chicos. Lo hizo con mucho trabajo y con continuas caras de dolor, hasta que lo logró. Se compró un mini-portátil, desde hace mucho tiempo que me decía que no podía escribir en su cuaderno por no sé qué razones; este es mi pequeño Príncipe, ya vuelve a soñar.

Con juguete y todo, el dulce Micky, pasó una tarde de perros: se levantaba de la cama a la mesa donde estaba el ordenador, allí se pasaba diez minutos haciendo sólo eso que los informáticos entienden y el resto de los mortales ni pú, para volver a tirarse en la cama muertito, muertito de dolor. Pobre…

Me hablaba de su gran deseo de volver a montar en bicicleta ya que en los últimos meses poco pudo, de rodar estos casi 700 km hasta Dubái, de cruzar el desierto de dunas. Al principio se le ocurrió la idea hacerlo con un solo brazo, después de muchos dolores y antes de caer en depresión, decidió ir a comer algo al restaurante.

Volvió con la panza llena a la habitación donde yo le esperaba. Me volvió a hablar del viaje, esta vez más consciente de que quizá no pudiera hacerlo en bici -¿Y si está roto el codo Muke?- Me repetía sin cesar. Pobre Micky… cariño, ya son las doce de la noche, anda, tómate las pastillas y a jus. Mañana será otro día, duerme mi amor, descansa. Morfeo te espera.

- Buenas noches Muke, ¿sabes? Te quiero hasta las estrellas.
- Y yo hasta los cohetes, buenas noches Petit.

Durmió como un bebé después de invocar a la Energía Sanadora. Pienso que mi Petit está aprendiendo a utilizarla, a buscarla allí donde Ella se encuentra, en el Corazón de la Madre Gea.

Me despertó a las seis de la mañana:

- ¡Muke, Muke! Mira, ¡puedo mover el codo un poquitín, sólo un poquitín y ya no está tan inflamado! Ya no hace falta ir al hospital jejeje

Y se volvió a dormir hasta las diez. Soñando con un desierto, con una brazo o con los dos… Así es Petit, terco como las mulas.

miércoles, septiembre 10, 2008

lunes, septiembre 08, 2008

Bienvenido a Pakistán, oh! digo a Omán

Gracias a la espera de cuatro noches en Sayun (Yemen), los locales dejaron de mirarme "raro" por parecer americano y pasaron a llamarme "español" o "Raúl Gonsales"; mi amigo el "Loco" me reconoció el tercer y el cuarto día y continuamos charlando sinsentidos entre risas y cigarrillos. Gracias a esa larga espera me hice amigo del cocinero de mi restaurante habitual y juntos íbamos a comprar la dosis diaria de cat sin timos.

Gracias a los niños de la calle que no solamíes sino yemeníes, nunca perdieron la sonrisa de la cara.

Mukeika seguía pinchando y pinchando cada diez minutos, fue toda una odisea llegar a la estación de autobuses. El trayecto a Salalah, Omán, duró bastante: dos sesiones seguidas de mascar cat -para mi sorpresa-, una avería del motor del bus en mitad del desierto, de las dos a las cuatro y media de la noche; gracias a la cual, volví a encontrar mis estrellas. Llegar a la frontera al amanecer, justo a la hora de romper el ayuno: otras muchas horas más sin comer... Cambio de bus, ah! que no, que yo me quedo y los animalitos siguen hasta Emiratos en este otro bus. Mukeika!! otra vez pinchá!? Joder!! ¿qué tienes Princesa?

Llego a Salalah sin dormir, sin comer, deshidratado y de resaca "mujatir". Arreglo a Mukeika, diez minutos y la vuelvo a arreglar, me voy a Internet y la vuelvo a arreglar. Imposible montar en bici así ¿será la llanta? la cubierta no que la he revisado mil veces, la cámara es nueva aunque ya tenga ocho parches. Directo a Muscat, a la capital a buscar una tienda de bicis y a tramitar el visado de la India.

Todo lo que me encuentro son paquistaníes: el de la estación de autobuses, el que me ayudó a reparar la segunda vez la rueda, todos los del autobús, el restaurante donde paramos a cenar... por favor ¿me equivoqué de país?

El mejor de todos fue uno, paquistaní ¡claro!, que mientras cenábamos me digo orgulloso que estaba en el ejército de Omán. -Pero ¿por qué?- pregunté yo asombrado, -si eres de Pakistán- lo que me respondió, me da vergüenza transcribirlo pero como información, no estaba nacionalizado como omaní.

Llegamos a Muscat al amanecer, a la hora del rezo, después del tiempo de comer. Ya van dos días casi sin dormir y lo de comer... poco, poco. Reparo a Muke, me enciendo el cigarrillo, sssssssssssssh. Te esperaba pinchazo. Una vez más, esta vez me fumo el cigarrillo antes de... de qué. Los fieles salen de la mezquita y pasan en manada delante de mí, retiran la mirada cuando les miro. -No te iba a pedir ayuda, tranquilo majo- me digo para mis adentros.

Ya no puedo más, busco un taxi y que me lleve a un hotel. ¡Vaya! tengo que esperar casi tres horas para que se vacíe la habitación barata: -no pasa nada, paso a ese salón de atrás y vuelvo a reparar a Muke- Una, dos, tres... cambio las cubiertas de rueda, cambio de cámara, forro la llanta con cinta aislante, me fumo otro cigarrillo para no quedarme dormido, me llaman para la habitación, consigo bajar un rial más el precio... Bajo al salón y Mukeika me espera ¡con las dos ruedas llenitas de aire!

Felices de bicicletear de nuevo, bajo 36ºC, recorremos 20km hasta llegar a la Embajada de India donde me dicen que tengo que esperar mínimo hasta el sábado para la visa. Tienen que comprobar no sé qué con la embajada de India en Madrid. Dá igual, ahora estamos juntos otra vez, Mukeika y yo :) decididos a llegar hasta Dubai en bici desde Muscat.

sábado, septiembre 06, 2008

Ramadán Karim


miércoles, septiembre 03, 2008

Fotografías en la retina

Hambriento y sediento me dirijo a la calle de restaurantes en la ciudad de Sayun. Camino tranquilo, sin prisas, esperando a que el imán anuncie el momento de romper el ayuno. La ciudad permanece cerrada, en las tiendas sentados en círculo, con la comida en los platos y los vasos llenos, se agrupan los hombres. Seguimos esperando...
Restaurantes con decenas de mesas en la calle, repletas de dátiles, sopa, arroz, pasta; zumo de limón, agua, té y café. Esperamos... seis de la tarde, seis y cinco, habló el imán. Bismilah. Empezamos con los dátiles para preparar el estómago.

Poco a poco las caras recobran la expresión. Comemos todos juntos, pocos hablan mientras comen, a mí no me hablan.

Rápidamente se vacían las mesas, los fieles van a la mezquita a rezar. Me quedo sentado, espero a ver la escena que se repite día tras día desde que llegué a esta ciudad: los hombres se levantan, las mesas se quedan vacías. Ya vienen los niños, son somalíes seguro, viven en la calle con otras familias. Se acercan a las mesas con la velocidad de un estómago vacío, se apresuran a poner las sobras en las omnipresentes bolsas de plástico del mundo árabe. Su mirada... la inocencia de la infancia perdida que expresa sin palabras algo que todavía no entienden.
Cinco deditos, un puñado de comida a la boca y otro a la bolsa. La hermanita pequeña alegre con un pequeña bolsa llena de pasta y sopa de arroz, sonríe a su hermano pequeño: ahora, es el turno de comida de la familia.

Sigo sentado en la mesa, yo me quedo con el "loco" como algunos se apresuran a indicarme. El sí me habla pero nos entendemos poco. Sonreímos cuando es demasiado evidente que no sabemos de qué está hablando el otro. Él es mi amigo aunque de ayer a hoy no se acuerde de mí. Tiene un corazón puro, su mirada me lo dice. También sus ojos miran igual que los de los niños de la calle: expresan incomprensión.

A todos vosotros y vosotras, luceros de la calle: Ramadán Karim.

domingo, agosto 31, 2008

Poco a poco

- Mi Principe, cuando te veo contemplando el cielo estrellado siempre me pregunto ¿qué buscas?
- Muke, ¿nunca te conté que perdí mis estrellas antes de llegar a Sudán? Desde ese momento, siempre que tengo la oportunidad, miro al cielo en su búsqueda.
- No sabía que tuvieras unas estrellas.
- En verdad no son mías Negrita, me las prestaron una noche en Madrid: "Esas son mis estrellas favoritas: aquellas que tienen forma de cruz. Te acompañaran durante tu viaje hasta que nos volvamos a encontrar".
Hace meses que las busco Muke pero juegan conmigo. Unas veces las encuentro y me hace sentir muy feliz pero a la noche siguiente las vuelvo a perder; a veces aparecen entre las cuatro y las cinco de la mañana otras veces... me están volviendo un poquito loco ¿sabes?
- Petit, búscate otras sólo para tí. Hay millones y millones en el cielo.
- No quiero mi amor, esas son muy especiales para mí. Siempre estuvieron con nosotros desde que iniciamos el viaje en enero del 2008. !Yo quiero esas¡
- Joe con el niño

Después de luchar durante cuatro días para conseguir el preciado y obligatorio "permiso de viaje" para cruzar Yemen en bicicleta... mejor ni pensarlo:

Salimos de Sana'a hace once días. Hemos recorrido una distancia de unos 1000 km de los que tan solo hemos podido pedalear 300 km: problemas otras vez... la policia y el ejército no nos lo permite y de seguro que hasta la frontera con Omán seguirá siendo igual. Por lo que viajaremos en autobús y saldremos de aquí después de realizar una última visita turística.

No estoy dispuesto a luchar contra la policia y el ejército, no otra vez como ocurrió en el sur de Egipto. Pongo mis miras en el siguiente país: Omán, y mis esperanzas de continuar un viaje en bicicleta

jueves, agosto 14, 2008

Felicidad


lunes, agosto 11, 2008

Felicidad

A veces los laberintos del Destino no son claros y nos llevan por caminos no tan fáciles de transitar, momentos de equilibrio perdido y de no control. Vivir es un gran viaje... ¿es la persona la que hace el viaje... o el viaje el que hace a la persona?
Una vez leí: "el pesimismo de la razón hay que contrarrestarlo con el optimismo de la voluntad". No hay verdad que perdure por siempre pero esta forma parte de mi camino, me lleve donde nos lleve.

Voluntad de querer, desear ser feliz. Escribir y borrar al mismo tiempo las letras de nuestra canción. Por las noches, por el día, escucho con total atención el ritmo de las personas, la sinfonía de un Mundo lleno de luces. Me imagino un mundo de tambores que resuenan con ritmo contagioso, empatizando a potenciales luceros, fueguitos perdidos en el lienzo de la Vida.

- Petit, ¿por qué cosas tan simples las escribes de forma tan complicada?
- Mmmh.. esto Muke... no sé de qué me estás hablando. ¿Acaso no está claro lo que quiero decir?
- Y qué es lo que quieres decir mi querido Principe. ¿Podrías explicármelo en pocas palabras?
- Eeeeh... un momento Mukeika... -pasa el tiempo y Micky, ensimismado, contempla los granitos de arena caer y caer hasta que Mukeika le rescata de sus pensamientos, de su mundo interior-
- Petit, quizá querías decir que la Felicidad es un estado posible siempre que se tenga ese deseo y se ponga la voluntad para conseguirla. Que todas las personas tienen en su interior ese potencial.
- Ooooh!!! Qué fácil ves todas las cosas Muke pero eso ¿cómo se hace?
- Micky, a veces no sé qué pensar sobre tí... Eres el Principito más perdido que he visto nunca jajaja
A ver Petit, no recuerdas estos días atrás, cuando de excursión con tus amigos en las montañas, a veces las cosas no salían como vosotros queríais y en lugar de enfadaros y poneros tristes, simplemente aceptábais la situación como tal y poníais todo vuestro empeño en seguir disfrutando.
- Yeeeeh! jejeje sí Muke, recuerdo ese momento cuando en la montaña de noche, acampados, recibimos la visita de los locales y su Sheij y reímos y hablamos felices contemplando la ciudad en la cima de la montaña. Después llegó la policia con sus armas y echaron a nuestros amigos en pro de nuestra seguridad. Allí se quedaron con nosotros dos fusiles y sus portadores. Oooh... tristes y enfadados, los tres dentro de la tienda, nos pusimos a reír por el cambio tan brusco de la situación. Nuestras risas alegraron nuestros apesadumbrados corazones y ríos de colores bañaron la montaña, porteándonos al feliz mundo de los sueños. A la mañana siguiente, desayunamos los rifles y nosotros, contentos por un nuevo día de luz y de color.

sábado, agosto 02, 2008

Se manger de baisers


se manger de baisers

Y por qué seguiré hablando y hablando, escribiendo y sintiendo por este país que algunos se empeñan en calificar como un país de mal. Cuna de la familia Laden, brazo del Islam... rosa en mano, palma siempre abierta en muestra de amistad.

Magia, colores... como usted guste llamar.
Anoche lucieron las estrellas en la vieja Sana'a.

Amigo perro lobo no aulles con tristeza, descubrirás el Amor que yace en las azoteas. Abstráete en la quietud de la noche, nada en su anaranjada alma, deambula por sus callejas pero no delates los dulces besos de nuevos amores velados por las estrellas.

El viejo Imán clamó puntual la llamada a la oración, esta vez lo hiciste muy bien, con el corazón.

Frescura del alba, púrpura mensaje cenicienta. Aligérate Luna, que viene el Sol y de sus rayos surgirá un nuevo día, un nuevo mundo bañado de luz, de Color.

Saba haljir Samira
Saba halnur sagir samir.

miércoles, julio 30, 2008

Amor Inmortal


martes, julio 29, 2008

Amor Inmortal

¡Qué tendrás Sana'a que por más que lo intento no te puedo abandonar!

Sí, me he enamorado de un imposible... esa palabra no me gusta, mejor dicho:
me he enamorado de un muy difícil... mmmh difícil, tampoco me gusta... ¡ya sé!
Me he enamorado

Me escapo a las montañas que te rodean y me digo: me voy a entrenar, dentro de poco saldremos de aquí mi querido amigo Panda y yo dirección a los desiertos de Arabia. ¡Mientes bellaco! subo sufriendo cada metro porque me separo de tí, no curto mi cuerpo con el extra peso que carga Mukeika ¡no! entreno mi corazón para la distancia y recoloco bien lejos mi alma de tí.

Me llamaste Amor Inmortal... ahora detesto lo platónico
las estrellas son testigo mudo de mis noches en vela
los amaneceres vienen temprano
... tanto que ahí, no te he buscado

¿Quién es Panda? Kentaro o para los amigos Ken. Juntos partiremos con la esperanza de llegar a India algún día de Septiembre :) Saldremos de estas montañas, bajaremos un dos mil y pico metros y subiremos unos quince grados. Ken se compró la bici hará unos ocho días en la mejor juguetería de Sana'a y desde entonces, entre sesión de cat y sesión de cat, nos vamos a las montañas para entrenar lo no-entrenable: ¿cómo cruzar estos desiertos en los meses más calurosos?

Daniel, do you know how to do it?
No my dear Panda, i don't know
Muskela -thats in english mean: Problem-
Ya, jajajaja

We don´t speak good english but is enough to communitate with ALL the people in Sana'a. Always we are laughing, less when the thousand mosquitos let us to sleep. We let them to suck us ours blood a little bit, we hope that a few will be enought to feed they... but no way! now all the mosquitos relatives are in ours room. Fucking!!

Panda is great, amazing!! he have a guitar and we baptized it with the name of: "daruri" (necessary). At the moment Daruri and Mukeika are really good friends. Yah!! I can't believe it... ah! and we are looking for a drum for me! So, we will be a big family.

martes, julio 15, 2008

Vida de barrio

Cesan los desplazamientos y me adentro en un período de tranquilidad donde me concentro en vivir en una ciudad de un país extrajero y en ser todo lo feliz que pueda, todo el tiempo que pueda.

Sana'a me recuerda a una España que pervive en los ríos de mi infancia: vida en la calle a los ojos de una comunidad en la que todos se conocen:

Vivo en "Sana'a la Vieja", a escasos metros de una plaza donde se encuentra un hospital y rodeado de minaretes que cinco veces al día llaman a la oración.
Por sus estrechas y caprichosas calles siempre se encuentran niños que aumentan la magia de esta ciudad con su alegría e inocencia. ¡Son niños, sí, son niños que inventan y que juegan! Corren por las calles detrás de balones, unos improvisados otros de casi la misma forma; golpean la piedra mientras a la pata coja recorren la rayuela de colores dibujada en el suelo, desde la ciudad hasta el Cielo. Expresivos, alegres, llenos de vida; pequeños diablos llenos de picardía. Niños y niñas juntos que con sus colores, pintan los corazones de los mayores: niños grandes que olvidaron su capacidad de pintar.

Los mayores no son tan mayores: conservan "algo" de inocencia que se mezcla con su sangre guerrera y romántica. Dentro de su ancestral brutalidad, se establece su pasión por la música, el baile y el cante.

Me sorprende la juvenil fisionomía de los hombres, en especial la de los ancianos: la sabia mirada que otorga el lento transcurrir del tiempo, siempre acompañada del brillo de la última infancia y de una sonrisa que hace falta ganársela. "¿Tienen cara de niño grande?" esta frase la repito cada vez más sorprendido, sumido en mis cavilaciones sobre qué clase de felicidad deja esa imágen en el reflejo del alma.

Mientras se acerca el mes de las lluvias, le precede el de las bodas, llenando las calles de enormes carpas, donde se congregan los hombres unidos por el sentimiento de felicidad de un nuevo casamiento. Los hombres bailan en las calles antes de entrar a las carpas e iniciar la sesión de cat.

Las mujeres... las mujeres... negras sombras de brillantes y grandes ojos que sin pena ni gloria andan por las laberínticas calles de esta ciudad de galleta y chocolate. Mundo desconocido y protegido por el honor de las familias; inaccesible a los extraños, ensueño de varones que despiertan del largo letargo de sus corazones el día de su casamiento.

Miradas que de reojo observan el mundo bajo lo opaco de su vestimenta, ojos que expresan más que mil palabras... la dulce mitad del amor: la mujer.

viernes, julio 04, 2008

Sueños bucle


jueves, julio 03, 2008

Sueños bucle

Sueños perdidos en el alba, sueños que no se olvidan, sueños que dan miedo que se hagan realidad. Sueños lúcidos. Soñar despierto. Sueños que toman control de los sentidos. Sueños que se hacen realidad. Deseos y consejos del Consciente.


Sueños bucle


Anoche tuve un sueño que se repetía sin cesar: una estrella fugaz rasgaba la eterna quietud del oscuro cielo estrellado. Lo hizo tantas veces fueron necesarias hasta que pedí a la bella errante, el deseo de que jamás te separases de mí y así seguir escribiendo este libro en blanco que es la Vida, siempre a tu lado.

martes, junio 24, 2008

Colores


como los que Micky nos manda desde hace meses. Gracias ;) viajero...

Sanaa, Yemen


lunes, junio 23, 2008

Sanaa, Yemen

Sanaa, algo tiene que encandila la mirada y embelesa el espíritu mientras paseando por su ciudad vieja las cumbres de las casas de galleta y chocolote atrapan la atención de sus visitantes. Perderse por sus sinuosas calles e ir descubriendo en las fachadas de sus edificios los dibujos que a la imaginación se le antoja, es una experiencia que rápido deja un poso de certeza: por mucho que pase el tiempo, jamás te olvidaré.

Noches mágicas de una ciudad cansada de la agitación del día, calles vacías de atmósfera sosegada interrumpida por la llamada a la oración de los imanes a los fieles. Mi hora preferida es alrededor de las cuatro y media de la noche, cuando los altavoces de las mezquitas me arrancan de los brazos de Morfeo, llenando el silencio de mis sueños de oraciones y suras del sagrado Corán.

Ciudad viva de mañana temprana, agitación que cesa a la hora del "Cat". Si en los países musulmanes la vida baila al compás del Islam, Yemen también lo hace al son del Cat: hierba mascada por todos sin distinción de sexo o edad.

[Te lo dedico a tí Mukeika, por el día de tu cumpleaños y la Noche de San Juan. Mis mejores deseos de felicidad y que se cumpla tu hermoso sueño. ¡¡¡Feliz cumpleaños Princess!!!]

domingo, junio 15, 2008

Fuegos y estrellas


sábado, junio 14, 2008

Fuegos y Estrellas

[...] -tu sobrina- te lanza muchas estrellas y luego las buscamos en un cuadrito que me pintó Pepita de Van Gogh, "La Noche Estrellada", ella tiene predilección por las "titas" (las pequeñitas), yo le digo siempre que sí, que es que estás muy lejos y por eso se ve la estrella pequeña. [...]

Así de dulce es el mundo de mi sobrina de dos años contado por su mamá, mi hermana mayor.

El mundo

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

- El mundo es eso - reveló -. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

El Libro de los Abrazos- Eduardo Galeano

Y esto es una hermosa descripción de las personas que habitamos este mundo.


Durante este mes de ausencia estuve perdido entre un puñado de estrellas lanzadas por la inocente mano de una niña; recorriendo un cuadro de noche por Sudán, Etiopía y Djubuti. Allí me ví rodeado de fuegos de colores en la búsqueda de la Llama que me volviera a encender.

Ahora en Yemen, ardiente de Vida vuelvo a la luz.

La ciudad de Ta'izz me trae a la memoria las tranquilas y poco iluminadas noches de Libia. En esta ciudad, las calles llenas de vida son bañadas por la amable luz de las farolas que permiten contemplar, más allá de las altas cimas de las montañas que la rodean, un océano de estrellas deseosas de sonreir a quién se acuerda de mirarlas. Las montañas también tienen miles de fueguitos: casas de ventanas encendidas en todas sus alturas; farolillos blancos y amarillos por sus empinadas calles que permiten vislumbrar los miles de ardientes niños, de hombres mascando el omnipresente "cat" y el intenso brillo de los ojos de las mujeres totalmente tapadas de negro.

Mañana viajaré hasta Sanaa, la capital de Yemen. Una vez más en bus donde recuperaré las fuerzas perdidas y desde donde retomaré la hermosa y lenta forma de viajar sobre Mukeika, mi fiel bicicleta. Pero eso forma parte del futuro y como libro en blanco que es, esperaremos a que mágicamente, sea escrito por el armonioso y constante pasar del tiempo.

miércoles, junio 04, 2008

Nosotros y tú

Etiopía

lunes, mayo 19, 2008

Sudán

Sudán, la sartén de África

Podría contaros que salí a toda prisa de Egipto y que días antes rodé sin tener muchos problemas con la policía; que me aventuré a visitar uno de esos pueblos tan "peligrosos" y allí me encontré con agricultores y niños cuya mirada y sonrisa no daba más miedo que el precioso atardecer que viví navegando el lago Nasser dirección Sudán... podría entretener al Tiempo mismo relatando historias, cuentos y encuentros que darían para mil y tres noches... podría pero Egipto terminó cuando desde el barco avisté el templo de Abu Simbel bañado por los colores del amanecer.

Pisé tierra sudaní junto a mi nuevo amigo Osmán - hombre de negocios sudaní- y supe al instante lo que es un clima hostil y como son sus gentes: amables, no hay más palabras. El ambiente que se respiraba en la zona de control portuario, en la parte de inmigración y objetos que declarar fue algo más que estar en casa. La policía misma me dió de beber, invitó a comer y me regaló cuatro paquetes de tabaco.

Pasé los días con Osmán en Wadi Halfa esperando a que llegara su mercancia. Esperar es clave en Sudan pero no es fácil, no lo es cuando a una hora de atardecer todavía hay 42ºC y la Madre Tierra llora lágrimas de vapor de agua creando lagos de espejismos.

Esperando cambié nuevamente los zapatos a Mukeika y muy a su pesar la puse las cubiertas de tierra. Esperando traté de dar una vuelta bajo el ardiente Sol con el cuerpo sin alegría Mukeika, carente de espíritu empieza a tener problemas y pierde vida; espero poder arreglar la rotura en el transportín trasero en Khartoum, capital de Sudán.

Decidimos salir de ese pueblo e ilegalmente nos aventuramos en un tren de carga que nos cruzara el desierto de Nubia. Todavía avistábamos las luces de la pequeña Wadi Halfa cuando el tren paró en mitad de la noche, el motivo se debió a las tormentas de arena de los días anteriores, habían cubierto unos cien metros de vía. Salimos del tren y las personas que decidimos quedarnos y continuar esperamos a que los operarios limpiaran el camino, los que fueron vencidos por el miedo de verse atrapados en mitad del desierto por otro problema en las vías se volvieron a pie.

Llegamos de mañana a la ciudad de Abu Hamed y cruzamos más desierto en autobus. La temperatura subía y subía, por dos veces se rebentaron las ruedas del autobus, una fue bajo el padre Sol, sin sombra donde cobijarse, la siguiente hubo más suerte pero no recambio para la rueda. Hubo que esperar a que vinieran con una nueva. De noche, con 40ºC, llegamos cansados y hambrientos a Atbara. Un nuevo día un nuevo autobús, este con aire acondicionado nos trajo a Khartoum.

No sé si será posible montar en bici en este país, tampoco sé con certeza cuál será mi siguiente movimiento pero sí que sé que esto es lo más cercano a los fuegos del infierno donde las llamas abrasan durante el día y de noche vienen los demonios de la mente y el corazón. Quizá sea un punto de inflexión en el viaje, quizá sea el purgatorio a ninguna parte... o seguro que es que en el mes de Mayo, ni se te ocurra venir a Sudán a montar en bicicleta. Unos nuevos amigos surafricanos, me dicen que en moto es también un infierno.

De momento, esperemos a arreglar el problema de Muke

jueves, mayo 08, 2008

Ying Yang

sábado, mayo 03, 2008

Ying Yang

Lo que entiendo por Ying-Yang es: dentro de todo lo bueno hay algo de malo, y
dentro de todo mal, existe algo de bien.

Me voy a dormir pronto: una buena cena, un antiflamatorio, escucho un rato música y cerca de la 1:00am adopto la posición fetal. Como muchas noches, aparece Mr. Hyde; no lo puedo controlar, es más fuerte que yo y no cesa en su empeño asesino hasta que cree eliminar todos los mosquitos de la habitación.

La música de Cheb Mami me despierta a las 6:00am. Una ducha, Mr. Hyde elimina los mosquitos que con la panza llena no logran escapar de sus rápidos movimientos de venganza. Preparo a Mukeika mientras charlo con los policias que guardan el hotel.

Ruedo tranquilo desde las 7:00am siguiendo las vías del tren, subo el puente que me cruza de lado, hago un cambio de sentido y enfilo el Nilo en su contra, ¡ya estoy en la ruta! ahora todo recto hasta que mi rodilla aguante.

El paisaje es precioso hoy también: soy un pincel que dibujando la blanca línea de la carretera, separa los campos verdes de los amarillos, el marrón del azul; a mi espalda me imagino un mundo multicolor. Se me desvía el trazo y el Nilo sesea; huelo la mañana mientras los pajaros trinan al suave fluir de Mukeika.

Aprieta el hambre y paro a desayunar en un puesto callejero un plato de judías machacadas -Fol-. Mi árabe hace sus progresos y los curiosos locales lo agradecen. Me invitan a desayunar. Con una sonrisa me despido.

Nueve... diez de la mañana; cincuenta kilómetros y mis esperanzas se cumplen. La Energía Sanadora invocada en cada respiración, en cada latido del corazón, hace su efecto. Estoy feliz, juguetón dibujo varias curvas, pinto de colores las vestimentas de los agricultores y canto unos cientos de saludos.

Once... me desconcentro y la rodilla empieza a quejarse.. oh oh... mi gozo en un pozo. Nunca llegaré a la ciudad de Luxor en bicicleta. Reduzco la velocidad, hago descansos cada 15 km. El segundo descanso me lo salto, me he emocionado. Kilómetro 17, 18, 19... ¿por qué no paras? ¡mira que casa! ¿qué pasa? oh, no... ¡pinché otra vez! Retrocedo hasta la casa y pienso que debería de haber parado antes. Me encuentro un tornillo clavado en la cubierta de la rueda, atraviesa la cámara, total: dos parches. ¡Qué fuerte! Regalo el tornillo a un tímido niño y una piruleta de colores.

Uf, qué calor. ¿Qué hacemos Muke? Seguimos para delante. Invoco a la Energía Sanadora una vez más; realmente "quiero" hacer este camino en bici. Pinto mis pensamientos de verde esperanza. Ya no me duele la rodilla

Mitad del camino, mitad del día. Yang.

Aparece la policia, me para y por la molestia hago uso de su baño y les pido agua. Cinco kilómetros después otros policias, las mismas preguntas pero nunca me piden el pasaporte; esta vez fumo sus cigarrillos mientras les sorprendo con unas rojas palabras en su lengua. Me dicen que me vaya ya, pues vale.

¿Qué perturba el sonido de los campos? ¿Qué ruido molesta la melodía de los pájaros? No, la policia me sigue en su coche. Bueno, para adelante, ya se cansarán. Cinco, diez kilómetros... desespero por la nueva compañía, los lugareños ya no me saludan por su culpa. No te ralles, ¿qué puedo hacer? Rodar, rodar y rodar; me olvido de ellos. No puedo. Al carajo, aquí mismo me paro. La policia se enoja por mi rápida maniobra, me dicen que deje la bici apoyada en su coche, no que me dejen en paz. Tumbo la bici en el suelo y sin querer, piso el pie del policia de mayor grado. Upss, je je. Al carajo. Pido de beber con dos policias a mi espalda, pido de comer con tres rodeándome. ¡Esto es demasiado! todo el mundo me mira.

Piensa Daniel, piensa... ok, demos la vuelta a la tortilla. Me acerco donde está el jefe y le ofrezco un cigarrillo, me lo rechaza. Le sonrío y se lo pido por favor, le pido perdón por el pisotón. Se ríe. ¡Ya está! Momento Ying. Charlamos todos juntos, les animo a reir. ¡Venga para adelante!

Decido dar a los policias algo que recordar: corro, vuelo, fluyo encima de Mukeika; 20-25-30-35 km/h Me pitan desde atrás y dan ánimos por el altavoz del coche patrulla: "Go, go go Daniel" Ellos también pintan conmigo.

Saludo a mi paso, me saludan, sonríen... vuelvo a ser feliz. Pinto por aquí, por allá; ora naranja ora magenta. ¿Mi rodilla? ahí no pasa nada. Cambio de policias. Puff... otra vez a empezar... venga haz que sean tus compañeros de viaje y no tus guardaespaldas. Papá, hoy no viajo solo jeje. Esta vez les digo que cuando podamos paramos a beber algo y a esperar a que el Sol sea menos peligroso. -Ok, Mister- me contesta el de dos estrellas. Charlamos en una cafetería, fumamos shisha; unos se van a rezar, otros me enseñan la pornografía de su móvil, yo hago sus delicias con lo mismo. Me hago una foto con uno, él saca su pistola y me apunta. Continuamos, cambio de policias. ¡Joder! otra vez.

Me presentan al capitán. No me cae bien, la arrogancia del poder olvida que también es humano. Ya llevo recorridos 110 km a una velocidad media de 30 km/h. Les hago el regalo también a ellos, vuelo. Me paran ¿a qué hotel vas? ¡No hombre no! el capitán no entiende de arte. Le digo que ni idea, que cuando lleguemos buscaremos uno. Me subo enfadado a la bici y tiro. Pues ahora a 20 km/h, no, mejor más lento. Me adelantan, cambio de policias. Puuuuf...

Este habla inglés. Otra vez la misma pregunta, yo la misma respuesta: NO, no subo la bici al coche, viajo en bici. No enfadamos y lanzamos rayos por los ojos. Déjame por favor, sólo quedan cinco kilómetros... nada que hacer. Vale, la bici en el coche pero te esperas a que me fume un cigarro. Se enfada todavía más el nuevo poli. Pues no monto contigo -como los niños chicos que me pongo- y voy detrás con Mukeika y los soldados rasos. Se ríen cuando les digo que el jefe tiene algún problema en la cabeza.

Me llevan a un hotel. No señor, no voy a pagar esa cantidad ingente de dinero. Otro, otro y sigo negándome. Desespera el poli malo, yo me río. Les digo que quiero ir a uno que tenía apuntado. -Ese no es seguro, no tiene policia- pero, qué coño pasa en esta ciudad... Me salgo con la mía y me llevan a un hotel dentro de mi presupuesto. El coche patrulla no arranca, pues vaya mierda de seguridad. Le sigo montado sobre Mukeika jeje

Adios poli malo. No vale la pena ponerse así por las buenas te abría llenado de colores pero por las malas... Paranoya en el hotel, buen precio pero paranoya. Me escanean el pasaporte, lo miran con lupa y luz fluorescente ¿pero que pasa en esta ciudad? Me dicen que nada, que es por mi seguridad. Al carajo. Les sonrío y me voy a duchar.

Mi rodilla: ¿pasaba algo en mi rodilla?
Mañana: ¿volveremos a volar delante de la policia? Me levantaré temprano, mañana jugaremos al ratón y al gato

Total hoy: 133,2 km

Día: 105 - 3640 km - Asyut (Egipto)

viernes, mayo 02, 2008

Otro Egipto

Buenos días, buenas tardes, buenas noches:

El 30 de Abril de 2008 dejé atrás la ciudad del Cairo después de pasar allí 19 días. En estos días tramité el visado de Sudán y amplié el visado en Egipto; me dejé llevar por las nuevas amistades, sus experiencias y de esta manera disfruté de unas semanas de amistad y cariño. Celebré mi cumpleaños y nervioso esperé unos días más a mi primera visita: Leila y Amal, que me llenaron de amor y de alegría por encontrarme de nuevo con los míos.

La noche antes de salir, bebí en compañía de mis dos amigos suizos, el regalo traído de España por mis queridas amigas. Tras tres horas de dulce sueño, desperté, hice los últimos preparativos y después de tomar el último té con mis amigos reinicié el viaje en bicicleta a las 12 de la mañana.

El Cairo se mostró frenético, lleno de vida, de ruido, coches y gentes por doquier. No fue difícil salir de esta ciudad: una vez en el Nilo, avanzar contracorriente sus aguas. Un hora y cuarto después circulaba por un nuevo mundo, agrícola, con menos ruido; mucho más agradable para los sentidos.

A los 80 km sufrí mi primera avería seria: uno de los tornillos que soporta el transportín estaba segado como por un filo bien afilado, corte impoluto. En seguida apareció la ayuda, Ahmed con todo su buen hacer no pudo sacar lo que quedó de tornillo dentro del cuadro de la bici. Menos mal que cambiando el transportín de agujeros pudimos apañar el problema.

Me invitaron a cenar en una casa, detrás de la cortina que separa el mundo de los hombres y las mujeres. Después buscamos un sitio dónde pudiera dormir: fue en una cafetería al margen de la carretera. Allí conocí a Goma: 15 años con cara de pícaro, sobre todo cuando fumaba. Me recomendaron dar una propina a Goma de 5 pound egipcios (menos de un euro) para que se portara bien esa noche y "no me robara", Goma aceptó el trato con agrado.

Me desperté a las 5:30am y desayuné té y bollos. Media hora más tarde monté sobre Mukeika -faltaban los guantes que olvidé quitar de la bici; no es culpa del amante de lo ajeno sino mía por dejarlos ahí, total, hace semanas que no los uso...- el espectáculo de la Madre Naturaleza comenzó: un horizonte finito por la húmeda neblina del rocio, recortado por la oscura presencia de altas palmeras. Buena temperatura, casi frío para mi cuerpo habituado al calor; y color, muchísimo color, un baño anaranjado en el horizonte, en el reflejo de Mukeika, en mis pupilas, en el alma de este nuevo día que terminaba de nacer.

Rápidamente había recorrido 100 km sin esfuerzo ni síntomas de cansacio, siempre distraido por la visión de los agricultores inmersos en los campos de trigo, de alfalfa..., las mujeres lavando a orillas del río siempre en grupo en animada conversación y alegría. Venían a mí olores de la infancia: el del trigo recién trillado bajo el fuerte Sol, el de la tierra de cultivo pintada de verde-vida y agua, el de los animales de tiro. No rodé con música ninguno de estos dos días, el hilo músical estaba en la ruta: entre los secos trigales movidos por la brisa del Nilo, listos para ser segados; los calurosos saludos de sus gentes y los gritos de los niños.

Un fuerte dolor en mi rodilla derecha produjo que saliera de mi ensimismado estado. Mientras dormía, cambiaron la altura del sillín y no me dí cuenta hasta que fue demasiado tarde. No había hoteles, ya lo sabía, desde el Cairo hasta El Minia -240 km- desde donde escribo. Me ví en una situación difícil ¿qué hacer? si paraba no tenía donde dormir y era pronto para ello a las tres de la tarde, si continuaba hasta El Minia no sabía si conseguiría rodar el total de 180 km. Me decidí por la segunda opción, mi cuerpo no estaba cansado después de 110 km, mi mente bien aunque agitada por el dolor que se producía si intentaba hacer fuerza con la rodilla derecha. Me dejé fluir de tal manera que pareciera que no montaba en bicicleta sino que navegara por el asfalto, sin esfuerzo fluía a 20-25 km/h. Los últimos 55 km fueron menos agradable, paraba cada 10 km para olvidar el agudo dolor y reemprendía el camino.

El atardecer se dejaba sentir, escasa hora y media y 22 km para la meta, el hotel y el descanso. Pero no siempre en la vida las cosas fluyen como nos gustaría... Muke fue atravesada por un clavo en su rueda trasera, en la peor de las dos ya que hay que quitar todas las bolsas para repararla. Caminé unos metros tirando de la bici en búsqueda de un sitio mejor para esta labor. Estaba cabreado, furioso y por "un" segundo desesperado; apareció un hombre subido en su tractor remolcando unos fardos de paja -¿problemas? -me dijo y contesté afirmativamente. Se ofreció a llevarme, me esperaba pero fui incapaz de subir la bici yo solo al remolque, comencé a quitar las bolsas de la bici y cuando volví a mirar, el tractor, cansado de esperar, volvió a iniciar su marcha y con él se llevo mis esperanzas.

No siempre es fácil viajar -vivir-, sólo o acompañado se presentan situaciones que hay que salvar o quedarse mirando el problema sin que nunca venga la solución. Mi manera de ser es de la primera opción: aprovechando que estaban las bolsas fuera, arreglé el pinchazo en compañía de una decena de personas que curiosas me miraban. Uno se curte con el tiempo y aprovecha estas situaciones en las que desesperar es tan fácil, así que envié a un chaval a que me comprara un paquete de cigarrillos, una hermosa mujer me fue a por algo de beber y finalmente, unos niños me sirvieron de "pata de cabra" mientras cargaba la bici.

¡Vale Daniel! menos de una hora para el atardecer y 22 km, además hay que buscar un hotel. Con la mente y el corazón tranquilo rodé y alcanzé al tractor, amorosamente saludé a su conductor y le dejé atrás. No era momento de ser negativo, entonces mejor ser positivo.

Aún con luz llegué a El Minia. Mi rodilla se resentía más y me resultaba mucho más difícil pedalear aquí entre el tráfico y la gente que continuamente me forzaban a parar y a pedalear desde la no-inercia de la marcha. Después de varios hoteles, encontré uno que se situaba dentro de mi presupuesto. Subí las escaleras con dificultad, las bajé más fácilmente para ir a cenar y en la recepción me hicieron firmar un papelito que rezaba algo así como que yo era responsable de mí mismo si me ocurría algo por ir sin policia por las calles. Con humor para bromear le dije al policia que estaría encantado de su compañía durante mi estancia en su ciudad, ante su pálida expresión, decidí firmar el papelito mientras le regalaba mi sonrisa más pícara.

Esta mañana mi rodilla está mejor pero no lista quizá para mañana como había pensado. ¿Qué pasará? Os lo contaré en otra ocación, cuando me decida entre las múltiples soluciones que rondan por mi mente.

Día: 104 - 3506 km - El Minia (Egipto)

miércoles, abril 23, 2008

martes, abril 22, 2008

El Día de mi Cumpleaños

¡Qué mejor regalo de cumpleaños que contemplar las pirámides!

Un par de horas después de gritar el despertador, Muke y yo, plantamos ruedas sobre el asfalto y recorrimos un Cairo aún en tránsito por los dominios de Morfeo: tranquilo, sin excesivo ruido ni coches en su constante concierto de bocinas. El cuerpo de policía eligió este especial día para cambiar su atuendo del negro invernal al blanco primaveral.

15 km más tarde, con más de 30º C y finalizado el paranoico control policial a Mukeika, entramos en el recinto de las pirámides. Suerte la mía por estar en compañía de Mukeika: recorrimos fácil y rápidamente los espacios entre pirámides, miradores y la esfinge.

Muchas veces me hablaron con espanto de los caza-turistas que allí se encuentran y de lo cansinos que pueden llegar a ser. Para mi sorpresa no me topé con tales o no me lo parecieron, quizá sea la vacuna puesta años atrás en Marruecos que inmunizado me tiene ante vendedores y zalameros.

La temperatura aumenta, despiertan los rojizos tonos en la piel de los allí reunidos. No han dado las 11 de la mañana y buscamos las sombras aguardando a que la temperatura del cuerpo recobre su normalidad. En estos momentos de "sombría" espera, mi mente se desplaza hacia el futuro cercano y trata de encontrar la manera de continuar el viaje bajo temperaturas cercanas a los 40º C y un padre Sol que castiga sin piedad. No logro resolver el enigma planteado pero con alegría acogo este nuevo pasatiempo. "Ya lo descubriremos Petit, no te preocupes ahora por eso" -dice Mukeika-. Dulces palabras que me rescatan del mundo de los pensamientos, de mi abismo interior.

Los policías me hacen señales para que me acerque a ellos, yo trato de que sea al revés; al final nos encontramos en un punto intermedio. Con mirada infantil contemplan a Mukeika, no me puedo negar cuando con esos ojos me ruegan probarla. La mayoría de ellos se encuentran entre los 20 y los 24 años aunque aparenten más. El servicio militar es de uno a tres años: uno para los afortunados, con estudios y dinero; tres para la mayoría, más los días que se van sumando por castigos menores a causa de su "mal comportamiento". Con suerte no son enviados a conflictos bélicos o a razones humanitarias como es moda decir, pero la suerte se fue a tierras de temperaturas más gratas; los egipcios son los soldados "humanitarios" más baratos de los que se sirve la Demokratía, allí dónde nadie quiere ir; poco sueldo por tantos sueños rotos.

A veces me imagino un mundo diferente y se lo cuento a Mukeika, que con agrado escucha mis idílicas historias: sueño con un mundo diferente, también tiene conflictos -ni en mis sueños desaparecen-, donde los guerreros son los políticos y los presidentes, y el pueblo les acompaña en sus batallas bajo el lema "Pan y circo para el Pueblo". Allí como espectadores contemplamos la sangrienta resolución de sus diferencias; a su fin, llega el ansiado Tercer Tiempo, donde las gentes, las diferentes civilizaciones, comentamos alegres los momentos estelares de la batalla política. Qué bonito sería... lo que se ahorrarían los estados si solamente luchasen aquellos que crean los problemas, una centena de personas...

A lo lejos avisto la figura de la Esfinge, nos acercamos para mirarla directamente a la cara bajo un Sol abrasador. Me recreo en mi ensoñación de lo que debió ser esta cultura: tan importante, con tanta ciencia... ahora nada. El tiempo pasa y al final permanece poca cosa de los Grandes Imperios. ¿Qué dejaremos nosotros de nuestro paso para cuando nos desentierren?

Volvemos al Cairo ahora más ruidoso. 40º C en sus calles llenas de coches, son las 12:30 pm. Compro algo de comer y voy a casa a abrir los regalos que me esperan en el email -Muchas gracias a tod@s por vuestros lindos mails y ánimos, Mukeika recibió con agrado todos los besos-

A las 17pm me encuentro con amigos, vamos a contemplar el atardecer sobre la ciudad del Cairo mientras tumbamos unas cuantas botellas de cerveza.

Llegaron los mundos de la noche, las llamadas a la oración y la hora de los mosquitos. Suena mi teléfono: ¡me llaman mis seres queridos! Ummh.. Muchas gracias otra vez.

Termino la noche con Luca, un joven y apasionado fotógrafo suizo, jugando al dominó en un cafetín mientras fumamos shisha y bebemos el omnipresente té. A la una nos despedimos.

Alegre amanezco con mis recién cumplidos 30 años.

Día: 94 - 3234 km - El Cairo (Egipto)

miércoles, abril 16, 2008

Noche Sufí

Poco sé de lo vivido en la noche de ayer -14 de Abril de 2008- en el barrio islámico de El Cairo, poco más que fue un evento religioso, "Tanta Moulid", la celebración en memoria del nacimiento de Ahmed el-Bedaw, un santo sufí local del siglo 13 o de una mujer cuyo nombre e historia desconozco.

Para subsanar la poca información de la que dispongo os brindo con lo que mis ojos vieron, mis oídos escucharon y lo que mi corazón sintió:


¿Cómo es posible que cante sin parar dos horas y cuarenta minutos? -Pregunté a mi amigo egipcio- Estos “conciertos” normalmente duran dos horas, pero Ahmed Bayoomy es el mejor y lo puede hacer por mucho tiempo más. Cuando entra en trance, su fuente de energía es desconocida. Una gran persona, un gran sufí.

Hombres, mujeres, niños, corazones mezclados; hombro con hombro girando de izquierda a derecha, bailando de derecha a izquierda, rezando sumergidas en trance por las tranquilas aguas del lago que separa lo divino de lo terreno. Movimiento, quietud de la mente, música por doquier.

Bebida y comida gratis para los pobres, personas que habilitan espacios en sus casas, todos somos bienvenidos a comer, a estar mientras se cantan fragmentos del Corán. Se mezclan las dimensiones, se descuidan las tradiciones, al alcance de mis ojos hombres y mujeres comparten un mismo espacio.

Niños alegres con regalos en sus manos pasean por las concurridas calles de la mano de sus padres, montan en las atracciones y endulzan estas horas de celebración con pasteles y té.

La música me aturde, me mareo en el mar de gentes. Los imanes llaman a los fieles a la oración, la noche habla desde los minaretes. Colores, muchos colores, infinitas imágenes en batalla por captar mi atención, colman mis sentidos, los saturan extasiados de sensaciones.

Bombillas rojas, verdes, azules... luz abriendo paso entre las sombras. Color en los turbantes de los hombres, en los pañuelos de las mujeres, en la sonrisa de los niños, en el corazón de los que allí estamos congregados.


Amalgama de olores, tierra humo té sudor madera perfumes el Nilo animales flores...

Ancianos vestidos blanco, de luminosa y cariñosa mirada, sentados de piernas cruzadas recobran la juventud al reclamo de la música. Se levantan, danzan por el camino del pentagrama musical con movimientos ligeros que poco a poco incrementan la velocidad de su ir y venir, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda. Embelesado por la gracilidad de sus movimientos no soy consciente del movimiento de mi cuerpo; perdido el control de la mente, el cuerpo retorna a su trono de poder, de consciencia natural.

Baila, siente, consiente perder la razón y trascender más allá de los sentidos, permite que tu cuerpo se manifieste mediante el milenario lenguaje de la danza.


Estados mentales de pasión, de embriaguez religiosa. Cabezas de serpientes son introducidas en las bocas de los fieles, pinchos que atraviesan la carne sin rastro de sangre. Miradas fuera de este mundo, también cercanas, cuando el rápido y mágico cambio de las facciones se convierte en néctar de sonrisas y de calurosa bienvenida.

viernes, abril 11, 2008

Ring, ring, ring... 5 minutitos más

- Oh Micky! siempre que llega el día de partir ¡te despiertas tan tarde! eres tan lento... Siempre me haces esperar, me enojas mi querido compañero.
- Mmmh... me encariño con las ciudades y sus gentes Muke, más si hago buenas amistades como ocurrió en Chichina (Túnes), Trípoli (Libia) y ahora en Alejandría.
- ¡¡Ja!! Lo que pasa es que no te gusta madrugar Petit. El sonido del despertador no significa para tí más que cambiar de sueño.
- Muke, es que tardo mucho tiempo en arreglarte y me da pereza sólo de pensarlo. No me gusta hacer las maletas.
- ¡Descarado! Ahora la culpa la tendré yo. Si me preparadas antes de ir a dormir, no te pasarían estas cosas por la mañana.
Sabes qué, hoy nos vamos a freír en la carretera que va por el desierto dirección al Cairo y el hermano Eolo no sé cuántas veces más querrá ocultar nuestro tardío rodar al padre Sol, cada vez es más difícil encontrar nubes!! Grrr Daniel!!
- Upps...
- Mi querido Príncipe, ya no me engatusas con esos ojitos tuyos ni con tu sonrisa.
!Haz el favor de cambiar! Santa madre Gea, qué atrevida es la ignorancia.

Y se preguntarán ¿qué es lo que pasó ese día? Micky y Mukeika salieron de la ciudad a las 12 de la mañana después de desayunar con su amiga Amany en su gimnasio. Sorprendidos por el buen tiempo y el moderado calor, rodaron 105 km ese día. No vieron desierto de dunas como ellos imaginaron, tampoco en los días posteriores, en ninguno de sus 244 km hasta el Cairo; se encontraron con tierras cultivadas, flores con sus vestidos de primavera y muchos, muchos resort o centros vacacionales donde el cliente puede entre muchas cosas, jugar al golf o ir al spa.

Durmieron la primera noche entre un restaurante y una mezquita, o por lo menos lo intentaron ya que el ruido de la carretera es infernal incluso por las noches; pasaron casi toda la noche en vela y la aprovecharon para celebrar el cumpleaños de Mukeika (3000 km). La segunda noche lo hicieron en la entrada de un gran centro comercial, allí encontraron gente amistosa y pequeños ratos de conversación. La tercera noche lo hicieron en el Cairo pero antes fueron a una exposición de grabados y a un concierto en la Embajada de Alemania.

Día: 83 - 3151 km - El Cairo (Egipto)

miércoles, abril 02, 2008

Personas: unas buenas, otras malas

El mundo está lleno de personas, unas buenas y otras malas. Debajo del color de la piel, la religión, las ideas políticas, la procedencia, etc. se encuentra lo más especial del ser: la Persona.

Cruzo las fronteras a dos ruedas, a un palmo del suelo y no en las nubes como amistosamente otros me dicen.

Ahora en Egipto, hace pocos días en Libia, antes en... voy descubriendo al ser humano en su abanico de color. Caen los tópicos uno tras otro y voy conociendo otros. Descubro lo fácil que es hablar, opinar sobre lo desconocido y crear sentencias que poco a poco se convierten en máximas de una sociedad: que si este pueblo piensa de forma extraña, que si el vecino sólo piensa en el dinero y son unos ladrones, etc. Pero cuando cruzo la línea que divide estos pensamientos, tan sólo encuentro personas, unas buenas y otras malas.

Juzgamos a millones de vidas por la imagen que tenemos de sus dirigentes, de los representantes del pueblo. Por ejemplo, Libia fue un país excepcional donde encontré grandes luces que alumbraron mi pasar. Esto me da que pensar sobre la importancia de la imagen de un presidente de una nación, de éste trabajador electo por un pueblo.

Me he cruzado con senegaleses, nigerianos, camerunenses, koreanos, personas de muchas partes de planeta; pero siempre recordaré al iraquí que me invitó a café en su cibercafé y sus palabras respecto a la ayuda prestada por España en la masacre de Irac -llámese demokratización o como sea-: "pienso que el pueblo español, es un pueblo de paz, realmente quiere la Paz en el Mundo". Esto vino después de malnombrar a nuestro anterior representante electo -nuestra imagen al mundo- y los muertos que cada noche vuelven en sus sueños.

Me repito en mis palabras: gente buena y gente mala, personas.

lunes, marzo 17, 2008

Cumpleaños Mukeika

- ¡Muchas felicidades Muke! ¡Te deseo de corazón unos felices 2000 km!
- Muchas gracias Micky, estoy muy contenta de haber cumplido en La Montaña Verde -Libia- mientras la ascendía rodeada de verdes prados, flores y gente tan amable por todas partes. Felicidades pero... ¿y mi regalo?
- Mi querida compañera, no me olvidado de tu regalo: una página donde podrás contar todo lo que te venga en gana. Me envían tantos saludos para tí desde España y hasta Tarec me manda recuerdos ¿te acuerdas de él? ¿el periodista de Oya en Trípoli? que pensé que te gustaría... -Mukeika asiente llena de alegría-
- ¡Ooooh! ¡¡gracias, gracias!! Sokran Micky. ¡Me encanta! Siempre tan atento conmigo, te adoro.
¿Podré hablar de todo lo que quiera? ¿Hasta de tí? ja ja
- De todo lo que quieras Muke. Y tú, ¿me dejarás colaborar en tu página?
- Juntos hasta las estrellas querido Micky. ¡Hasta los cohetes!
- Te quiero mucho Muke, ¿lo sabías?
- Y yo a tí Micky.

Así es como un 17 de Marzo de 2008, Micky regaló a su compañera su espacio en la Red (CicloNomad) por haberle llevado más de 2000 km sobre ella recorriendo parte de España, Túnez y Libia.

lunes, marzo 10, 2008

Margabal



!Tienes una suerte endemoniada Daniel¡ !Tu madre ha tenido que rezar hoy mucho por tí! repetía sin cesar mi Ángel de la Guarda de Libia mientras íbamos viendo como se acercaba el momento en el que conseguíamos la ampliación de mi visado de tránsito hasta el 30 de marzo de 2008.

Esta misma persona, Abdulaziz Lathram, buen amigo y consejero, me sugirió que me hiciera con un número para mi móvil y logró que me entrevistaran en un periódico en el que un día, ocupé una columna y otro una página entera.

- ¿Qué dices Mukeika?
- Mmmh Zzzzz Zzzz
- Está cansada la pobre y tiene las ruedas remendadas de parches por el estado de las carreteras. Me parece que hoy no quiere hablar con nosotros.

Vagamente consigo encontrar las palabras que describan la magia de estos días, de los encuentros y momentos vividos.

Cuando se resolvió el problema de la frontera estuve un rato con la policía que me ofrecían cigarrillos, asiento y me daban su número para que les llamase al llegar a Sabaratha. No hizo falta porque me los crucé a la entrada de unas ruinas romanas. Allí compartimos risas y cigarrillos hasta que llegó la hora de la cena, las copas y el humo.

Salí con energía a la mañana siguiente después de desayunar con un hermano marroquí. Rodamos 81km por pésimas carreteras siempre llenas de coches y camiones hasta llegar a Trípoli. Qué diferente es esta capital a todas las otras visitadas. Qué perdido me sentía al buscar el camino al albergue con todos los letreros en árabe y su constante ir y venir de coches. Las calles llenas de gente. La cegadora luz que de rebote fuerza ese incomodo gesto en el rostro de todos.

Atardece lentamente y extenuado sigo sin encontrar el albergue. Al final, unos ociosos chicos me ayudan. En la habitación 206 descanso y día a día va cambiando mi primera impresión de mis compañeros de habitación Idriss, Ali y Hasan. Ellos se convierten en mis amigos, en mi familia durante las seis noches que viví en esta ciudad de mano de Abdulaziz, de los periodistas -amigos- que me llevaron a visitar el Museo de Munzur, la sede de su periódico, la ciudad; del encargado de hacerme la entrevista, Tarec, que me abrió las puertas de su casa donde conocí a su familia.¡Margabal Daniel! (Bienvenido Daniel) es la frase de las gentes de Libia al verme aparecer en solitario subido sobre Mukeika.

Dejé Trípoli con gran pesar pero contento por volver a la carretera. No rodé mucho ya que la ampliación del visado me da calma y me dejo llevar por el instinto. Llegué a Al-Garabulli donde paré a cenar algo y en ese mismo restaurante pasé la noche entre iguales, como me decía uno de los tres tunecinos que allí habitan: <Tú eres igual a nosotros Daniel. Nosotros somos tunecinos en Libia y tu español también en Libia. Un amigo, un hermano>

60 km más tarde y algún pinchazo más, me encuentro en El-Khums donde después de dos noches en un albergue de mierda -el jefe se queda con el dinero y los estudiantes que aquí pasan el año universitario conviven sin agua caliente, sin higiene y dentro de un edificio que se cae- me preparo para mañana salir hacia Misratah.

Feliz encuentro



Hoy en Leptis Magna -a 4 km de la ciudad El-Khums- me he encontrado con un grupo de españoles. Visitan Libia y su legado histórico con un profesor de arqueología de la UAM. Hermoso grupo de personas que me ha dado la oportunidad de practicar mi olvidado acento madrileño y pasar un día maravilloso con su compañía y cariño.

Agradecer a Carmen, la coordinadora del grupo- y a Clara -de la agencia De Viaje- su invitación a comer y a continuar con ellos la visita al complejo turístico. Mis mejores deseos para la encantadora señora de 82 años, la solitaria viajera ya jubilada que con sus sonrisas me llenaba de cariño, a aquella mujer que preocupada me preguntó con tanto amor acerca de mi alimentación, a Carmen, etc. A todas estas personas que como bien dijo una, podrían ser mi madre o mi abuela: suerte, buen viaje y que conserven por mucho tiempo la pasión por conocer a pesar de los miedos que eso conlleve.

Marchante de arte, gracias por pasear conmigo y tu compañía. Continua siendo tan especial.

viernes, febrero 29, 2008

El Hombre de Salem

"Úsalo sólo en caso de emergencia, nada más". Estas fueron las palabras que el misterioso Hombre de Salem me dijo al darme su número de móvil en nuestro único encuentro. Fue en Túnez capital, después de charlar largo y tenido sobre su país, Libia. No me entregó a Urim y Turim, me dio su número, algo habitual en este siglo.

Cruzar la frontera de Libia no fue cosa fácil. Seis horas esperé pacientemente en tierra de nadie, sobre la delgada línea que distingue idiomas, gustos, pensamientos, etc. de los Pueblos en un simple mapa. Veía cruzar a los coches aquello que tanto deseaba franquear hasta que un policía, sorprendido de verme después de tanto tiempo, me preguntó si disponía de algún número de teléfono, de algún contacto en Libia. Abrí mi cuaderno al azar en la página donde una gran exclamación cerraba la palabra:


Emergencia!

El policía llamó a ese número. La Magia entró en escena.

martes, febrero 26, 2008

Diálogos

- ¡Eh! ¿Qué pasa, no vas contar nada a tu gente? ¿Qué ocurre?-pregunta Mukeika a Micky-
- No sé qué contar Muke, estoy cansado y tengo la cabeza embotada con tantas historias, experiencias y encuentros que no se por dónde empezar.
Quizá para ti sea fácil. Ruedas por las carreteras sin rumbo, tranquila sin plan. Disfrutas cada momento, cada metro sin pensar en el mañana, en el momento de dejar Túnez. En cambio yo, me peleo entre las ganas de avanzar hacia el Este y el recuerdo de las personas que se quedan atrás.
Ahora aquí en Aghir, escucho el susurro del oleaje de la Madre Mar y dejo que me lleve tan lejos como sus aguas bañan las costas de otros lugares.
- ¡Ah! muy bonito. Crees que olvido a todas aquellas personas que además de ti me han montado y reído al desplazarse en mi dulce rodar. De los niños que curiosos han deseado montarme pero por mis 56 kg no han podido.
Cuando en El-Hachichina serví de atril para que fotografiases a los niños o cuando la familia me fue probando el día de nuestra despedida.
- Lo siento Muke, a veces olvido que eres mucho más que una bicicleta.

Así comenzó el diálogo entre Micky y su compañera de viaje Mukeika una mañana a finales del mes de febrero del 2008 mientras desayunaban pan con membrillo y quesitos.

Mukeika es muy alegre y de personalidad segura y fuerte aún siendo tan sólo una bicicleta para los humanos. No para todos, mis queridos lectores: los niños y Micky, además de las plantas y los animales; de los cuatro elementos -hermanos de Mukeika-, todos ellos ven más allá de su refinada y bella estructura y pueden hablar con ella y escuchar cómo ríe y bromea a cada momento.

Una vez terminaron de desayunar, mientras Micky fumaba su cigarro mañanero, charlaban animados por el comienzo de un nuevo día recordando historias pasadas por tierras tunecinas. Porque mediante las historias se comunica el humano, transmitiendo la Memoria de generación en generación. Poniendo en ella los sentimientos y con ellos el corazón de ese instante que es el Vivir la Vida.

Mientras el día despertaba, así rememoraban sus historias nuestros dos protagonistas:

- Cierto, qué buenos momento pasamos en Kairouan. Sabes Mukeika que Kairouan en una de las cuatro ciudades más importantes dentro del Islam. Imagínate una cruz en la que en sus extremos se encuentran: Meca, Medina, Jerusalén y Kairouan. Pues hiendo cuatro o cinco veces a Kairouan bastan como ir una vez a la Meca.
- No, no lo sabía Micky y qué más
- Aaaah... amiga mía. Deja que te cuente más cosas acerca de esta ciudad que tanto me gustó y de alguna de sus historias.
Allí se encuentra la fuente de Bir Barruta. Cuentan las gentes de aquel lugar que cuando una caravana cruzaba estas tierras, cansada y sedienta de cruzar áridos parajes. Lloraban los más jóvenes y los animales, sedientos, renunciaban a seguir la marcha. En el momento más duro para todos, cuando apenas la sombra se atrevía a asomarse, un perro escarbaba en la tierra. Escarbó hasta que de allí mano agua fresca para el bien de todos. Desde entonces allí se encuentra la fuente. Rruta es el nombre del perro y Bir el del lugar.
Algunos dicen que estas aguas están vinculadas con las de Zem Zem, en Meca, y algún día volverá a manar el agua vinculada a ese santo lugar. De momento un majestuoso camello adicto a los terrones de azúcar mueve diariamente la rueda del pozo para extraer el agua que en sus profundidades se halla y de esta forma, su refrescante elixir, continúa dando de beber al sediento y al peregrino.
Además tiene una enorme y magnífica Mezquita construida en tiempo de las conquistas árabes del Magreb a mediados del siglo VII A.D.
Es una ciudad de gran belleza y tranquilidad donde en su Medina los hombres y mujeres tejen alfombras de tres diferentes estilos, trabajan la seda y el hilo con la misma maestría que antiguamente, cuando el apogeo cultural del mundo árabe.
- Oh y yo en aquel hotel que antiguamente fue una cuadra y que con el paso de los años se fue convirtiendo en lo que ahora es.
Después de Kairouan nos fuimos a Sousse, Mahdia y El-Jem. ¿No es así?
- Sí me querida parlanchina. Recuerdas que en Sousse dormimos en la casa de Brahim y de su pareja gracias a ese encuentro fortuito con los suecos Alex y AzilGreb. La última, vive dentro de la Medina y allí va escribiendo sobre la gente extraña y las fantásticas historias que ocurren dentro de sus murallas.
- Oooh.. je je je ¡qué personas más interesantes hay por el mundo!
¿Qué vino después Micky? Ah! ya recuerdo, cuando quisimos hacer 133 km en un día desde Sfax a Gabés y tardamos, como nos gustaba imaginárnoslo: "133km, 1 día y 3 noches"
- Ja, ja, ja ¡es verdad! Sin duda, lo mejor que nos ha ocurrido en Túnez.
- Sí, qué familia tan amigable, simpática y alegre. Cómo disfrutaban subidos en mi y cómo se reían cuando bromeando los tiraba al suelo.
- Menos mal que ninguno de ellos sufrió daño alguno con tus bromas, Muke. Porque yo, días antes, al pensar que habías tirado una botella de agua cuando salíamos de El-Jem de ver su anfiteatro romano, me dí un buen susto cuando me tiraste al suelo.
- Lo siento, Micky, no volveré a bromear contigo por la mañana temprano. Además, eres un aburrimiento de compañero sumido en tu mundo lejano hasta las 12 am.
- No eres la primera persona que me sufre viajando por las mañanas pero bueno, volvamos a la familia en El-Hachichina.
Íbamos a mitad de camino cuando aparecieron en la carretera a lo lejos Amina y Dbanda gritando y haciéndonos señas para que nos acercáramos. Nos invitaron a comer y así se nos hizo la noche y con ella vino el papá, un tipo grandullón de enorme sonrisa y gran corazón que día a día nos decía en árabe que nos quedáramos más tiempo con ellos.
Así transcurrieron tres noches más entre clases de pronunciación del árabe, ayudando a embellecer la fachada de la casa a sorbos de té e inhalaciones del delicioso humo de la Chicha -Cachimba, para los españoles-.
Allí me pusieron un nombre árabe y así me llamaron siempre ¿Te acuerdas Muke? Nosotros creyendo que me decían Omar y no, era Amor. Amor ibn Ramiro.
- Qué días tan felices y qué difícil fue irnos de allí.
- No me recuerdes Mukeika, no me lo recuerdes. Estabas tontita, no querías avanzar y el hermano Viento nos hablaba de cara acerca de la familia que dejábamos atrás con lágrimas en los ojos. Fue a los siete km que se rajó un poco la cubierta de tu rueda trasera y te la cambié por una nueva. Tuve que tirar de tí durante 50 km de los 70 que hicimos aquel día hasta Gabés. Te portaste muy mal, casi me matas del esfuerzo; hasta intenté durante quince minutos hacer autostop de lo terca que te pusiste por tener que rodar de noche.
- Si no te diera por salir tan tarde, hubiéramos visto el atardecer en la ciudad y no en la ruta.
- Vale Muke. Se lo prometí a mi padre y ahora te lo prometo a tí. A no ser que sea absolutamente necesario, no volveremos a rodar de noche, ok?
- Mmmh... te creo, se que eres persona de palabra.
A mi -dice Mukeika- lo que más me gustó fue el día de llegada y el de salida de Matmata, recorriendo planas llanuras antes de subir las montañas.
- Cierto es que fueron los días más bellos en la carretera. Cuando ascendíamos a Matmata y nos paró un coche para hacerse fotos con nosotros, ¿recuerdas? -Mukeika asiente afirmativamente- Resultó que eran un grupo de chicas/os que trabajan para Red Bull y con esta bebida nos dieron energía para subir lo que nos quedaba.
- Y no olvides cuando nos paramos a saludar a unos que viajaban en su furgoneta desde Karinthia hasta los desiertos tunecinos. Qué personas tan simpáticas que te invitaron a café y bollo y te regalaron un paquete de tabaco. Me encantan las personas de esa región -dijo Mukeika-.
- Lindas, lindas, muy lindas y bellas personas. Pena que no nos encontrásemos con ellos al día siguiente.
Muke, yo no sabía por qué íbamos a Matmata, no recordaba porqué estaba marcado en el mapa. Al final, una parejita de ingleses que maravillados y envidiosos te miraban, me dijeron que allí cerca habían rodado parte de la película de la Guerra de las Galaxias.
- ¡Asú! y no me llevaste a ver ese sitio Micky. Sólo fuimos a ver aquellos enormes agujeros en la tierra donde vivían/viven los bereberes y porque estaban de camino que si no...
- No te quejes Muke, el trato es que tu elijes la ruta en tu libre albedrío y yo cuándo y dónde nos paramos. ¿No es así?
- Eres insoportable cuando te haces el listillo sentencioso Micky pero tienes razón.
- Muke, gracias a ti pasamos dos días entre colinas que subían y subían para después bajar bañadas por la sombra de las nubes. También nos llevaste a donde ahora estamos por un camino que yo nunca habría tomado.
- Sí, y fue Mustahfa quien nos invitó a comer y luego a dormir en su casa porque dio la casualidad de que es profesor de informática en un colegio y así comenzasteis a llevaros.
- E vero, él en su moto rodó varios km al lado nuestro preguntándome cosas de redes y servidores hasta que finalmente terminamos en su casa comiendo. Después nos fuimos a ver un partido de fútbol en el patio del colegio entre los profesores.
- Cuántas cosas ¿no? Micky
- Sí, y muchas más que nos han ocurrido y nos pasaran.
- Micky, ¿cuándo vamos a cruzar a Libia?
- Dentro de pocos Muke, seguro antes del 2 de Marzo ya que después no nos lo permite nuestra visa de tránsito.
- ¿Sabes? estoy nerviosa -Por qué, preguntó Micky- Porque 15 días no son suficientes para cruzar ese país que tiene casi 1800 km de costa. No sé cómo lo vamos a hacer.
-Mi querida Mukeika, estate tranquila. Ese libro tiene sus hojas todavía en blanco. Recuerda eso que leímos en una ocasión:
"El que tema por sufrir, ya sufre de temor"
Permitamos que el país se nos presente poco a poco y con él la solución a esa adversidad.
- ¿Vas a votar el 9 de Marzo Micky?
- Mucho preguntas ya Muke. Anda, vamos a bañarnos a la playa que ya empieza a calentar nuestro Padre Sol.
- Y ¿haremos un castillo de arena?
- Muke...
- Coñazo de tío -murmura Mukeika para sus adentros-. Vale, ya callo. Vámonos.
[Dedicada al Flaco con todo mi cariño y buena energía. Suerte Gran Valor]

Tunez



sábado, febrero 09, 2008

Túnez

Salam, queridos tod@s!!!

Lo primero, disculparme por la demora de mi primer e-mail ;) Ahora veamos que me ha acontecido en estos primeros 22 días de viaje:

Me siento muy bien, feliz como unas castañuelas en alegres y virtuosas manos. Para los que supieran de mis problemas en la cadera, decirles que todo está OK!!

Mi intuición despierta poco a poco de su largo letargo convirtiéndose en la brújula de un viaje en el que solamente sé el rumbo. Me permito la licencia de no deciros cuál es ese rumbo y de esta manera, vayáis descubriendo conmigo los detalles del viaje, viviéndolos en el presente, ese momento donde intento situarme.

Los primeros 17 días fueron por España a modo de entrenamiento físico. Hacía mucho tiempo que no viajaba sobre una bicicleta y debía medirme. Comencé a pedalear desde El Puig (Valencia) hasta Barcelona siguiendo la nacional N-340. Visitando amistades, reencontrándome con otras y haciendo nuevas. Viendo los cambios “urbanísticos” y un horizonte lleno de grúas. Disfrutando de la gastronomía de cada región y de sus peculiaridades lingüísticas.

Valencia, Castellón, Tarragona y Barcelona fueron los lugares agraciados para que Mukeika y yo rodáramos; embarcamos destino a Civitavecchia (Italia) y después a Túnez donde ahora me encuentro.

Túnez me acogió con cariño, no tanto la aduana portuaria donde su policía al verme aparecer con una bicicleta me hacían llamar para mostrarles el pasaporte, el dinero en efectivo que llevaba, las tarjetas de crédito y para responder sobre el motivo de mi viaje. Varias horas después conseguí salir con una sonrisa y la mirada curiosa.

Recorrí el camino desde el puerto hasta el centro de la Medina donde me alojé por dos noches. Poco visité en esta ciudad pero si me permití el perderme por la calles de la Medina llenándome los sentidos de especias, vivos colores, té y café. Mi oído dejó la lengua italiana para introducirse lentamente en la musicalidad del árabe y el francés.

La ciudad de Túnez me dio mis primeras amistades y los primeros profesores de árabe. Arrancó mis primeras sonrisas, gestos de gratitud y cariño. Pero no todo es maravilloso en la vida del ciclo-nómada porque tarde o temprano siempre llega el momento de la despedida y con ella el paso al recuerdo y/o el olvido de personas que por unos instantes en la vida se convirtieron en mis amigos, en mi familia.

Uno de mis amigos es Antonio Braid Ribeiro, de origen brasileño y profesión entrenador de fútbol. Excelente persona que pasó años trabajando en este país y ahora de vacaciones espera a incorporarse a un equipo o a la selección nacional de Guinea. Suerte amigo mío. Que Dios te acompañe a ti también y a los tuyos.

Me fui de Túnez con lluvia, ni diez minutos pasaron cuando comenzó, hecho que me brindó la oportunidad de parar a tomar un café y practicar alguna palabra de árabe. Ansiosa por rodar en África, Mukeika no paró de hablar mientras escribía unas líneas en mi diario. Con la última gota del cielo, pusimos dirección a Hammamet.

Los primeros kilómetros fueron por la autopista hasta que un amable policía me hizo saber que estaba prohibido y me sugirió ir por la general, carretera que creía tener la certeza de estar transitando. Mucho mejor resultó el cambio de vía: menos ruidosa y más vistosa; atravesando pequeñas poblaciones inmersas en la Madre Naturaleza, plantaciones de olivos y naranjos, paralela a las vías del tren. El tunecino es una persona agradable, amigable y así me lo demostraba con sus sorprendidos ojos y las bocinas de sus vehículos. Hammamet, ciudad turística de playa, llena de vida en verano pero aburrida en invierno.
Hace pocas horas que llegué a Nabeul, otra ciudad-playa con más vida que su sureña vecina Hammamet.

N-340

N-340

Embarcada en Civitavecchia (Italia) “Mukeika” descansa en el garaje número 3 de la nave Eurostar Salerno.

Juntos hemos recorrido los primeros 502 km principalmente por la carretera nacional N-340, el levante dorado español. Salimos el soleado 20 de enero de 2008 acompañados por los reunidos en la Plaza de la Cebada al reclamo de un viaje, de una despedida ya inmortalizada por Ricardo Cantalapiedra. Ocho corazones y sus bicicletas pedalearon junto a nosotros la primera etapa: Hamano, Juanele, Carlangas, Esther, Bego, Pili, Jorge y Poblete. Otro corazón más se unió al pelotón en Rivas Vaciamadrid para brindarnos con su sonrisa además de cervezas y bocadillos -gracias Alberto-.

Salir de Madrid no fue fácil pero finalmente encontré un transporte en el que sí me permitían viajar junto a mi compañera de viaje "Mukeika". Llegados al Puig (Valencia) y después de dos días maravillosos ponemos ruedas en carretera dirección norte.

Castellón me llevó a mi más tierna infancia con el reencuentro de un gran amigo, Gerardo.
En Peñíscola, después de 235 km, dieron comienzo los encuentros con otros nómadas del mundo: dos hermanos de Hungría que están dando la vuelta al mundo a pie con un especial mensaje, y la alegre Marianne que hizo del duro y cansino día de pedaladas una tarde de risas y cervezas.

En los tres días siguientes, con una media de 85 km diarios llegamos a Barcelona gracias a la compañía de camioneros -gracias Juan y Segarra por la comida y la amena charla- y los polvorones, barquillos, bocadillos, y bebida de unas fantásticas personas pertenecientes a Cáritas en L'Ametlla de Mar (Tarragona).

Nueve días después, en mitad del Mar Mediterráneo sin avistar tierra firme, Túnez nos espera.

miércoles, enero 23, 2008

Elogio de la bici

Elogio de la bici

Madrid es territorio esquivo para las bicicletas. Los ciclistas ciudadanos son héroes: hacen ejercicio, tardan menos en llegar, no contaminan y suelen ser gente afable. Sin embargo, constituyen un colectivo con la muerte en los talones. Nada que ver con el sosiego bucólico de algunas ciudades holandesas. Circular en bici por Madrid es una temeridad. Los carriles habilitados para las bicicletas en la ciudad son más que insuficientes, no recorren las vías más importantes. Quizá por eso, hoy a mediodía, el madrileño Daniel Ramiro (de 28 años, informático) inicia en la plaza de la Cebada la Ruta de la Seda en bicicleta y en solitario. Fue Marco Polo, en el siglo XIII, el primer europeo que anduvo por esos parajes. Ramiro no está loco; es, simplemente, un aventurero. Ya ha recorrido medio mundo a golpe de pedal, de Laos a Vietnam, pasando por Cuba.

Nadie le patrocina. Sus amigos calculan que, si todo va bien, el periplo podría durar un año, más o menos. Pero la cosa se puede prolongar indefinidamente. Por dos razones. Primera: Daniel Ramiro, cansado de la informática, pretende aprender algunos oficios tradicionales de Libia, Egipto e Irán. Segunda: el ciclista tendrá que atravesar países en permanente agitación política y terrorista. Siempre está expuesto a que le roben su máquina en cualquier descuido. Hay que tener mucha afición para meterse en estos berenjenales.


La bici, como los caballos, ha ayudado mucho a la humanidad y sigue teniendo caballeros andantes. Es como los buenos perros: noble, fiel, resistente, amiga. El primer diseño fue obra, una vez más, de Leonardo da Vinci. El primer viaje en bicicleta alrededor del mundo fue realizado en 1887 por el norteamericano Thomas Stevens, que salió de San Francisco y tardó tres años en volver sano y salvo.
La bici merece un respeto y un trato preferente por parte de las autoridades. Buen viaje, Daniel, y mucho ojo con los talibanes. Cuida de tu máquina.


Escrito por: RICARDO CANTALAPIEDRA 20/01/2008 -El País-
http://www.elpais.com/articulo/madrid/Elogio/bici/elpepuespmad/20080120elpmad_3/Tes

 
Creative Commons License
Ahoka by MickyTroN is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Compartir bajo la misma licencia 3.0 Unported License.